M.B.

En el mercado de diciembre la UD Las Palmas modificó por completo el modelo de uno de sus fichajes para el centro de la defensa. El cambio de conceptos fue pleno: dio la baja a Antolín Alcaraz y cubrió el puesto con el cedido por el Rubin Kazán, Mauricio Lemos. La llegada del futbolista charrúa por el guaraní ha alterado más cosas en el colectivo y amenaza con transformar definitivamente la alineación, al menos en su inicio. También la propia percepción del entrenador Quique Setién. A bote pronto, a Lemos lo presentó como "una apuesta del club y una opción de futuro" bañada en "paciencia para el futbolista", dijo el técnico. Apenas dos meses después, el uruguayo es el nombre en boca del entrenador para sus formaciones titulares. Y el primer debate es inminente: con los tres aspirantes por ese puesto ya disponibles para el encuentro frente al Valencia, ¿por quién se inclinará un Setién que ya no descubre a tan largo plazo ese futuro del joven central celeste?.

Lemos ha sido una revolución en el modelo de la Unión Deportiva que transita hacia el objetivo de la permanencia. Alcaraz, en realidad, podría tener menos recorrido en el equipo después del cambio de entrenador y de diseño del once. El internacional paraguayo se sintió a gusto en la defensa de cinco efectivos que ordenó Paco Herrera para el inicio del campeonato, hasta su relevo en la jornada octava. El veterano defensa ofreció un rendimiento aceptable en aquel modelo -fue elegido en el equipo de la sexta jornada- en el que Las Palmas basaba su contención defensiva en la acumulación de efectivos a pocos metros de Javi Varas. Pero esa estructura de juego finalmente caducó con la llegada de Setién.

Lemos tardó un mes en entrar en competición, como debutante en la Liga española. Su estreno se produjo frente al FC Barcelona en la segunda parte y luego, en Eibar, echó una mano en los minutos finales. Sin embargo en las tres últimas jornadas ha sido titular y no parece que Quique Setién pueda haber encontrado motivos para evitar que continúe en el sitio.

El nombre de Lemos está en boca de todos. En un espacio corto ha hecho abandonar la idea de que vino para aprender. Su aclimatación a la Liga española fue inmediata y eso que ha debido de vigilar a delanteros como Borja Bastón, Cristiano Ronaldo o Jonathas. El uruguayo es un futbolista rápido, físico, con espíritu anticipativo y, además -dato a subrayar- maneja la salida de balón con ambas piernas. "Después de verle sacar el cuero con la derecha y en la siguiente jugada con izquierda pasando el balón por encima de Ronaldo; qué decir".

Las prestaciones futbolísticas de Lemos han puesto en un aprieto al entrenador. Un aprieto en sentido positivo, claro. Ahora ya no tiene argumentos asociados a sanciones o lesiones, si bien contra el Real Madrid el uruguayo formó tándem con Pedro Bigas, quedando Aythami en la reserva. Setién no tiene que improvisar soluciones a estas alturas del campeonato. En otras etapas hubo de emplazar como zagueros centrales a David García, Garrido o Hernán. Sus problemas ahora son para el descarte, no para la búsqueda urgente de una solución.

La joya uruguaya formada en Peñarol, con sus 20 años a cuestas, ya luce en la Unión Deportiva y está en el mayor escaparate mundial. Las Palmas se ha decidido por prolongar su estancia con unas negociaciones que están en marcha hasta la fecha límite del 15 de junio para comunicar si efectúa una compra que parece ahora muy segura.