B. Pérez

Miguelo Betancor, presidente del Gran Canaria, comentaba en las últimas horas en la Cadena Ser su convencimiento de que "de la eliminatoria entre nosotros y el Galatasaray va a salir el campeón esta temporada de la Eurocup". El club grancanario, sin duda, puede estar este miércoles en la antesala de un gran día para medirse a un rival al que necesita remontar 14 puntos. Esta vez el equipo turco no tendrá como aliado a sus aficionados y el ambiente pasional es el que le pondrá a prueba, en el paraíso del Gran Canaria Arena. Allí, sólo una voz y un objetivo.

La prudencia ha presidido cualquier comentario sobre el partido de los protagonistas. Aíto y sus jugadores han pedido tener tranquilidad porque no es cuestión de hacer cálculos cuarto a cuarto, sino de pelear como la última cada pelota, desde el bote inicial. Antes, desde el momento de la victoria, el técnico rival, Ergin Ataman, ya había pedido en público que el arbitraje en la isla fuera similar al vivido en Estambul. Esa es la gran preocupación previa luego de aventurar que este año la Eurocup viajará a Turquía "con la ayuda de Alá".

La realidad es que nada está dicho antes de que finalice el minuto 80 de la eliminatoria. En los primeros cuarenta, el G'Saray gana 89-75. Pero a lo largo de la temporada ha dejado muestras de debilidad como equipo visitante, donde dejó en el camino seis de sus siete derrotas en la competición. La que sufrió en Zaragoza ante el CAI (85-68) le valdría al Gran Canaria para lograr su objetivo de entrar por segundo año en la finalísima del torneo.

Pero si el Gran Canaria quiere adjudicarse el billete en juego debe mejorar sus prestaciones especialmente en defensa. El equipo de García Reneses permitió muchas canastas fáciles a los jugadores del equipo turco en la ida. No es una cuestión de ser obsesivos en un marcaje concreto, pero el poderío interior de los pivots del equipo local ha de dejarse sentir en este encuentro donde cada balón es una pequeña porción de las opciones. A partir de ahí, los isleños puede minimizar el ataque de uno de los equipos más poderosos de la competición.

El Gran Canaria debe jugar al límite en defensa por la calidad de los hombres de Ataman. El resto, la inspiración, vendrá como ha hecho hasta ahora en muchos de los encuentros disputados en el torneo continental.

La otra parte del contrato es para el público. Está el aficionado grancanario ante un momento único, la posibilidad de echar una mano como sabe hacer en el instante en que el club puede estar más cerca que nunca de un título. El hueco en las vitrinas espera.

Dirigirán el encuentro el serbio Belosevic, el lituano Jasevicius y el alemán Fritz.