B.P.

Juan Carlos Valerón se despidió de un escenario pero entró de inmediato en otro. Porque su nueva función como ‘capitán de honor' de la UD Las Palmas la lleva escrita en el alma. Por ello su primera labor como tal se produjo este domingo, justo unos minutos después de ser sustituido y de llevarse la ovación popular en el cambio.

Se percató de que la salida al campo de su amigo Nauzet Alemán había despertado los primeros pitidos del graderío. Y el gran capitán de los amarillos no dudó en abandonar su cómodo asiento en el banquillo, ponerse de pie y comenzar a aplaudir en público a su compañero.

Lo hizo mirando a las gradas. "Quería ayudarle. Que la gente comprendiera que había que cambiar la opinión. Nauzet ha trabajado mucho por este equipo. Merecía mi apoyo". Logró parcialmente el objetivo porque, como los toreros mediáticos, Nauzet entró al cambio de juegos con división de opiniones.

Valerón hizo lo de siempre: ser generoso con el prójimo. Lo lleva también en el fondo de su ser. Descubrió tras el partido que la última camiseta 21 era también para el compañero defendido, para Nauzet Alemán. "Hemos vivido muchas cosas junto en los tres últimos años. Se la había prometido".

Estaba emocionado. "Doy las gracias porque esto ha sido increíble", dijo. Al Flaco no le quedaban muchas ganas de hablar en público de nuevo, puesto que se había desgastado 24 horas antes en su rueda de prensa de la que confesó haberse sentido especialmente emocionado. Dio la vuelta de honor después de ser manteado por sus compañeros y homanejado de distinta forma por el club.

Su salida del campo fue apoteósica. Las 27.500 personas estaba en pie. El colegiado, Pérez Montero -que había estado riguroso toda la tarde- hizo la vista gorda. Le dejó que se abrazara uno a uno con sus compañeros, incluso con los adversarios del Athletic y con uno de sus asistentes, que no pudo resistirse a la tentación.

Valerón acabó fotografiándose mil veces en unos pocos minutos. Y salió del campo agradeciendo a los de Naciente, quienes -por cierto- reclamaron con gracia muy propia que "la grada nueva ya está en construcción". La permanencia del equipo en Primera facilitará esa posibilidad sin duda.

Fue un día grande para el Flaco. Todo en la magia del 21: a los 21 minutos se pidió su cambio en la segunda parte (no se pudo producir porque se demoró el juego) tras 21 temporadas en el fútbol como profesional, luego de que se estrenara cuando Las Palmas aún estaba en Segunda B, en 1995-96.

La última sorpresa de la tarde también le tuvo como protagonista. Acabó cantando en el centro campo "Macarena" con Los del Ríos, a quienes conquistó como nuevos amarillos ... con acento andaluz.

Fotos de la noticia: C. Torres