M.B.

Este lunes 20 de junio es día especial para Jonay Carreño, capitán hasta hace unos días del Villa de Santa Brígida. Porque cumple 31 años y el defensa central valsequillero disfruta de su primer día ajeno al fútbol, después de que en la tarde del domingo recibiera un homenaje en el momento de colgar las botas organizado por sus hasta ahora dirigentes y compañeros de vestuario.

"Sé que tengo edad todavía para seguir y mi físico me podría responder. Pero abandono porque he entendido que ha llegado la hora de disfrutar de mi familia", comenta a los lectores de Tinta Amarilla. Carreño, que llevaba diez temporadas en el club satauteño, se formó en el Valsequillo antes de pasar desde Regionales a la cadena de la UD Las Palmas. Estuvo dos años en Las Palmas Atlético, con Heriberto Alamo y Toni Cruz como entrenadores, para luego acudir cedido al Villa de Santa Brígida cuando este club estuvo en su último paso en Segunda B, ascendido con Juan Manuel Ródriguez.

"El Villa se convirtió en el club de mi vida. El dolor personal que tengo es no haber podido lograr el ascenso esta temporada, por el que tanto luchamos. Pero también me voy con la satisfacción de haber ayudado a lograr el campeonato de Liga en Tercera, grupo canario, y haber disfrutado de vivir junto a una plantilla que parecíamos hermanos todos. El gran ambiente de nuestro vestuario ha sido la clave de todo lo que hemos logrado", precisa.

Carreño recibe un trofeo personal de manos del presidente de honor del club, Francisco Alemán

Apenas tres minutos en San Sebastián de los Reyes separaron al Villa de la Segunda División B esta temporada, en la ronda de cruces de campeones de grupo. "Me llevo esta temporada como mi mejor recuerdo deportivo y también los años de Segunda B". Señala a "Badayco Velázquez, que ya no está, además de Alex Suárez, Sergio Pérez y Kevin Padilla como los defensas centrales con los que mejor relacioné en el campo. Creo que hicimos todos un buen trabajo para el club".

Augura "un buen futuro para algunos futbolistas. El Villa no estuvo arriba por casualidad. Los veteranos dimos lo nuestro, pero ahí los Alex Suárez, Juanma Pérez, Calem, Parras o Padilla que pueden hacer muchas cosas buenas todavía. Pueden vivir de este deporte porque tienen condiciones", según Carreño.

El defensa no se ve "como entrenador. No tengo esa vocación, además por mi carácter ... no sé. De momento no me lo he planteado aunque ya veré cómo voy asumiendo con el tiempo este alejamiento del fútbol".

Carreño se lleva a casa la ovación de sus compañeros. La compartió con sus padres y pareja, en un acto emotivo de despedida. Ahora le tocará empujar con el corazón.