A los diez minutos de partido, los banquillos se movilizaban para distribuir agua a los jugadores que participaban en la batalla final por el ascenso a Tercera. Este sábado, el campo de juego de San Mateo era un horno. Apenas aire y altas temperatura. La imagen de Borja golpeando el balón y salpicando su sudor la escena lo dice todo. Una dura contienda de muchos minutos, intenso desgaste y buen espectáculo deportivo. No le faltó nada al partido.
San Mateo, un horno
25/06/2016
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