B.P.

Un escándalo de grandes proporciones sigue sacudiendo el deporte mundial. La base de datos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha sido vulnerada por supuestos piratas informáticos procedentes de Rusia. Así lo recogen medios de Estados Unidos en lo que se interpreta como un contragolpe por la exclusión de atletas en los últimos Juegos de Río, señalados por el uso de sustancias prohibidas.

Los hackers, denominados Fancy Bears, accedieron a datos confidenciales de varios deportistas de élite de Estados Unidos en un intento quizá de demostrar que participaron en los Juegos brasileños bajo efectos de sustancias dopantes pero encubiertos con certificados de uso terapéutico procedentes de la AMA.

La gimnasta Simone Bile -cuatro oros-, además de la jugadora de baloncesto Elena Delle Done y las hermanas Williams, de tenis, fueron los deportistas inspeccionados. De tal forma que la información divulgada por la piratería informática desvelaba que Biles habría dado positivo en cuatro ocasiones por metilfenidato. Sin embargo, Biles y la Federación de Gimnasia de los Estados Unidos, han aclarado que esta sustancia admitida por AMA la utiliza la gimnasta con autorización para combatir problemas asociados desde su infancia. Biles ha salida a la palestra a través de su propia cuenta personal en tuiter.

Cada caso presenta una explicación, pero los miembros de Fancy Bear habrían anunciado que divulgarán más episodios de deportistas estadounidenses autorizados por AMA y que, según estas explicaciones, amplificarían un escándalo de grandes proporciones.

La Guerra Fría ahora se traslada al deporte.