El CL Adargoma revivirá sus orígenes como equipo que unió a jóvenes bregadores de la capital, dispuestos a preservar y expandir la lucha canaria desde noviembre de 1926. La historia del legendario club parte de una etapa prefederativa
Manuel Borrego
Noviembre de 1926, sin una fecha a definir. Un grupo de entusiastas deportistas de Gran Canaria se aglutinan en la Vega de San José, procedentes de diferentes rincones de la isla. El Archipiélago viajaba por años difíciles entre dos Guerras Mundiales, pero también de crecimiento. La isla y la capital ya se apasionaba por el fútbol, ese deporte de patadas que apenas tres décadas antes causaba hilaridad entre la población cuando sus inventores británicos lo practicaban en las explanadas próximas al Puerto de la Luz. Otras actividades con reunión popular entusiasmaban a los isleños: el boxeo, los gallos, ... Pero la lucha canaria, el deporte que se pierde en los tiempos, seguía viva y caminaba hacia su propio auge.
Aquellos hijos de Gran Canaria practicaban las mañas que habían heredado por conocimiento visual u oral. Era entonces una actividad deportiva no federada y tampoco regulada con organizaciones como posteriormente se conocería hasta nuestros días. Los joselitos de la época se reunieron para formar equipo, bajo el amparo de la Sociedad Recreativa. El Círculo Unión de San José apareció, aún sin un régimen constitucional documentado, pero se convirtió en el embrión de un club que está ya cumpliendo sus noventa años de historia, sintiéndose decano y protector de valores ancestrales.
Con ese primer nombre, el Club de Luchadores Adargoma (institucionalizado con la nueva denominación en 1945) comenzó su brega como vigía del caudal cultural de Canarias, como escudo de una tradición que corría riesgo de caer casi hasta el aburrimiento, o como elemento complementario de fiestas y eventos populares.
El Círculo de San José, con una plobación creciente 'fuera de la portá', los muros de la antigua ciudad, nació con una idea de expansión y desde hace noventa años la lucha canaria es su Biblia. El CL Adargoma está en preparativos para su nonagenaria celebración. La anuncia para los días 24 y 25 de noviembre, con actos en memoria de los luchadores fallecidos que defendieron la ropa de brega franjirroja y con otras actuaciones que culminarán con una luchada amistosa en su actual centro deportivo, el Complejo de La Presa (desde 1994).
Manuel Marrero López, fundador del Círculo Unión San José en noviembre de 1926
Un artículo periodístico referencial
Las raíces del Adargoma se pierden también en el tiempo, sin una precisión cirujana. Pedro Padilla, que fuera luchador, presidente y e historiador de lucha canaria, señala un artículo publicado en Diario de Las Palmas el 10 de noviembre de 1926 como posible génesis de la entidad que actualmente sigue en competición con notables dificultades económicas. En esa noticia firmada por el periodista Farico se recoge el entusiasmo de jóvenes luchadores de la Vega preparándose para encuentros deportivos, que entonces tenían lugar en varios enclaves de la ciudad con el viejo Campo de España como escenario de mayor concurrencia.
La aparición del Adargoma, entonces Círculo Unión de San José, agruparía a una pila de luchadores de la zona e, incluso, llegados de otros puntos de la isla con especial relieve para la aportación de estilistas teldenses. Y todo ello posible por la iniciativa del que se considera el presidente inaugural de la entidad, Manuel Marrero López, Manolito ‘el de la regadera' como se le conocía en la barriada por su condición de conductor en el transporte de agua. Marrero fue luchador e instructor de una cantera que la confección del club y la popularidad de sus luchadores hizo emerger.
En esos meses finales de 1926 se producen las primeras luchadas no federadas del Círculo de San José, en unos enfrentamientos programados contra la sección de lucha del Marino FC, un gigante deportivo en el primer medio Siglo XX y en 1949 club cofundador de la UD Las Palmas.
Los nombres de los luchadores del futuro Adargoma gozaban entonces de gran popularidad. Padilla Quintana señala a Justo Mesa como el primer ídolo de la afición, uniéndose bregadores en esa primera etapa como Juan Benítez, Pedro Santana Tableta II, Miguel Mayor Pollo del Cortijo, Juan Hernández Brazo de Hierro, ... pioneros de una historia que aún se escribe y en la que han participando cientos de bregadores de gran prestigio en los terreros del Archipiélago.
El Adargoma, además, nacería con un estilo ecléctico, aglutinando una riqueza de mañas divulgadas por sus instructores respetando la naturaleza del vernáculo deporte. Y el bueno gusto por el espectáculo, una razón de ser de la propia lucha canaria original.
Fueron estos primeros años muy difíciles para el Círculo Unión de San José y en especial, tras el alzamiento militar de la Guerra Civil Española, para el propio Manolito Marrero por su condición de republicano, que padeció penurias propias de la represión militar. Sin embargo sus enseñanzas no murieron y el esfuerzo que desarrolló fraguó en el reemplazo de un club organizado, con el nombre conocido actual del Club de Luchadores Adargoma, inspirado en el guerrero canario que luchó contra el conquistador Juan Rejón.
Una imagen de luchada en el terrero del Guiniguada, donde el Adargoma dio sus primeros pasos como equipo
La lucha canaria se podría celebrar en distintos lugares, con muchas referencias de época que habla de notable afluencia de aficionados ávidos de hazañas deportivas de sus estilistas preferidos. El Unión Círculo de San José sitúa en el terrero del Guiniguada -hoy desaparecido por las obras allí realizadas- como su primer teatro, entre los Puentes de Piedra y de Palo que cruzaban el caudaloso barranco en otras épocas. La población se reunía allí para las citas deportivas de la época y, recuerdan artículos de prensa de entonces, que ya el equipo de la Vega se caracterizó por su rigor en el cumplimiento de los encuentros a diferencia de otros luchadores que se ausentaban a la hora de participar. Un problema de aquella época que causaba desazón entre los aficionados.
Siguieron brotando grandes luchadores, nombres que hicieron arraigo en la capital grancanaria y en toda la isla. Y fue el salto a una competición federada, a partir de 1945, cuando el club de jóvenes deportistas pasó a denominarse como actualmente se le conoce. Con este dato se abrió una polémica insular, pero no por ello se ocultan unas huellas que quedaron definidas.
El 29 de abril de 1945 se produce, en el terrero del Guiniguada, la primera aparición del Adargoma en luchada programada frente al equipo Tumbador, dos clubes rivales de la capital. Cuatro conjuntos iniciaban entonces un torneo con señas federadas, porque completaban el cartel Ajódar de Gáldar y Los Guanches de Arucas.
Un antes, un después y un ahora con noventa años de páginas de gloria para el deporte de Gran Canaria que no tendrán epílogo.
La fotografía de la primera luchada con signos federados, del 29 de abril de 1945. La formación del Adargoma, en el terrero del Guiniguada, con dirigentes y seguidores agrupados con los deportistas.
© Copyright Tinta Amarilla.es Queda expresamente prohibido copiar, reproducir, difundir, publicar o modificar cualquier material incluido en el Sitio Web de Tintaamarilla.es sin previo consentimiento expreso y escrito de sus titulares.