Hernán Santana acudió, como suele hacer cuando el calendario se lo permite, a echar un ánimo al Gran Canaria de baloncesto. Era el partido decisivo frente al Fuenlabrada y el amarillo estaba allí. Claro que también Granky. La mascota estaba muy interesada, posiblemente en saber cuándo le vería de nuevo por esos campos de la Primera División. Y, por lo bajito, Hernán le comentó. Expresar que se lo dijo al oído  ... con esas orejotas.