Manuel Borrego

La arenga pública que ofreció este domingo el entrenador del Deportivo, Cristóbal Parralo, podría haberla suscrito en su integridad su colega contrario en el partido de este lunes, Paco Ayestarán. "El coraje tiene que ser sagrado", "tenemos que salir al campo con implicación total", "todos juntos podemos salir adelante", etc, etc.

Porque lo que está subrayando el técnico deportivista es la importancia de un partido que debe servir como trampolín en la Liga. A la UD le vale el aval anímico de la Copa, de la victoria bien elaborada aunque con sus defectos propios. Pero sin ese coraje, la implicación y la unidad será inimaginable que la reacción también se produzca en la Liga, que es prioridad en el proyecto.

El panorama lo ha cambiado el trago dulce de Riazor. Las sensaciones y, por momentos (muchos), el juego avivan esa esperanza que parecía caída tras los golpes frente a Celta y Villarreal. Fueron los más recientes en el Campeonato, donde Las Palmas tiene mucho que recorrer todavía.

La segunda victoria sobre el Deportivo permitiría salir de la zona de descenso y ver la clasificación de otra manera. Pero, el equipo grancanario no puede salir confiado ante un adversario que ha dado muestras de su juego letal a la contra. Y lo ha mostrado en el propio grancanaria. Esa misma velocidad que utilizó el Celta para llevarse los puntos de la isla es uno de los aspectos del partido que necesitan mayor control para los amarillos. Lucas Pérez y el uruguayo Fede Valverde, en especial, además de Andone son quizá las armas más evidentes de un Depor que pronostica un partido distinto en la isla.

Hubo también aspectos notables que funcionaron en Riazor y que podrían mantenerse en el bloque. El triángulo en el centro del campo formado entre Javi, Vicente y Viera hizo reconocible al resto del equipo y, especialmente, al juego de los amarillos. Raúl o Chichizola, Lemos y Bigas de nuevo en el centro, Vitolo y la otra banda ... y por supuesto, Calleri. El equipo puede empezar a tener color pero le hace falta un resultado que le respalde. Es el momento.