Estas son las cosas del destino. Aquel 22 de junio de 2014 José María López Silva era jugador de un Córdoba que estaba a punto de vivir un momento histórico en el Estadio de Gran Canaria. Muy cerca siempre en el encuentro, Deivid Rodríguez, que le vigilaba porque Las Palmas también quería saldar a su favor la promoción de ascenso a Primera. La imagen corresponde a ese partido memorable, aunque triste para los amarillos. Cuatro años después vuelven a estar en la Liga después de haber sido compañeros en la ciudad de la Mezquita. Deivid, de nuevo amarillo; López Silva, con los también capitalinos de la UD Tamaraceite. El fútbol no conoce nunca por anticipado sus destinos.