Opinión
Manuel Borrego
"Eric es mi ojito derecho", dice Alex Suárez al referirse al compañero que desde este miércoles es oficialmente jugador profesional de la UD Las Palmas. "Creo que Alex estará pronto arriba" en la UD Las Palmas, reflexionó hoy mismo el satauteño Curbelo.
Son tal para cual; quizá el futuro les espera juntos de nuevo de amarillo y ya en el Estadio de Gran Canaria. Ellos forman el Dúo Omega de la cadena filial de la UD Las Palmas, la pareja de centrales de la que todos han hablado en esta primera vuelta del campeonato de la Segunda División.
Llegó la hora de la separación pero no del adiós. Sólo el destino dirá si ambos vuelven a verse juntos en el lugar por el que siempre han peleado. Otros compañeros también lo merecieron sin lograrlo, trabajaron duro. Pero lo que ha caracterizado a la obra de Suárez y Curbelo o viceversa es la precisión y la notable conjunción que mostraron cuando juntos dominaron desde atrás al equipo.
Alex es más impulsivo, un central con vocación ofensiva incluso. Su salida de balón destaca más cuando se atreve a cruzar el campo y salir al ataque como pieza sorpresa desde la propia defensa. En las acciones a balón parado tiene un don: el saber estar en el lugar donde hay que rematar.
Eric es más conservador, un futbolista con devoción de ayuda al compañero, de cubrir las espaldas, de salir al cruce en el momento exacto. Pero también, con un buen juicio para la distribución del balón desde la posición más retrasada.
El uno por el otro, el otro por el uno. El minutero y el segundero de un reloj que quiere ser de precisión. Una de las claves más importantes de la mejora de Las Palmas Atlético en el último año natural lleva el nombre de ambos.
Eric da el salto con el aval del club y Alex agota sus últimos meses en el filial de la UD Las Palmas, en espera de que todo lo bueno que ha venido enseñando en estas temporadas tenga la misma recompensa que su compañero.
Los inseparables del Dúo Omega se separan sin alejarse tanto, pero quieren verse de nuevo. "Estoy maduro ya para jugar en Segunda" apunta Eric, sin duda ejerciendo como portavoz de un compañero al que lee la mente con la mirada.