B. Pérez

El Unión Viera está en su gran momento. 180 minutos lo separan de la posibilidad de un ascenso. Ha llegado a esta gran final por la lucha para una plaza en Segunda B, dejando atrás en el camino al Caudal de Mieres (0-0 y 1-1) y al Lorca Deportiva (1-0 y 2-1).

El equipo de Jero Santana tiene un reto adicional en su pugna con el Cádiz B: acabar con la maldición de los equipos canarios en este nuevo modelo de fase de ascenso, instaurado desde 2008.

Porque siete plantillas representantes de las islas llegaron a las finales de la tercera ronda o etapa y ninguno de ellas logró ganar la eliminatoria para alzarse con el billete del ascenso. Tenerife B (2), Tenisca (2), Castillo, Las Palmas Atlético y San Fernando fueron los que precedieron al Unión Viera en esta pugna.

La conquista de la categoría por parte de Marino (2012), Las Palmas Atlético (2013 y 2017) y Mensajero (2015) se materializó a través de la etapa primera en el cruce de campeones.

El último conjunto en jugar una final fue la UD San Fernando en 2018. Había dejado atrás a Marino de Luanco (3-1 y 0-1) y SD Borja (1-0 y 0-0). Pero tras titánico emparejamiento con el Durango, cedió paso a los vascos (0-1 y 2-0).

En 2009 llegaron a la final tres conjuntos de nuestra comunidad. Tenerife B (perdió ante Sporting Mahonés 2-1 y 0-1), Tenisca (ante Cacereño 2-0 y 0-1) y Castillo (frente a Mallorca B 2-1 y 1-0).

Las Palmas Atlético tuvo en 2010 su final dolorosa. Había apeado a Marinaleda (1-2 y 2-0) y Marino de Luanco (1-3 y 3-2), pero cedió con el Peña Sport (1-1 y 2-1)

Ahora le toca el turno al Unión Viera, cuya experiencia hasta esta fecha había sido la promoción de ascenso de 2013, también como cuarto clasificado. La Cultural Leonesa (1-1 y 4-1) se cruzó entonces en su camino.