M.B.

A mediados de los noventa pasó por una UD Las Palmas un futbolista chileno que apenas disputó cinco partidos de amarillo. Mauricio Illesca llegó procedente del club Audax Italiano como uno de los muchos refuerzos de la temporada posterior al ascenso con Pacuco Rosales.

El Bototo llegó como fichaje invernal, sin anotar un gol. Era un jugador de físico notable y su apodo correspondía al nombre de las botas de mineros de su país, según él aclaró.

Illesca desapareció por completo de la escena grancanaria al pasar de una temporada a otra. A nivel futbolística se le recuerdan pasos por Universidad de Chile, Coquimbo Unido O'Higgins y Audax antes de jugar en la UD. Y más tarde con Santiago Wanderers, Deportes Concepción y hasta en Ferro Carril Oeste, de Argentina, retirándose con el Santa Fe de Colombia.

Pero el Bototo es ahora una persona distinta al tímido futbolista que pasó por las islas. No se desprendió de sus hilos con el fútbol y se integró en la Gestión Deportiva y organización de eventos.

Hoy, Illesca representa los ojos de la Juventus de Turín en Chile. O, mejor, en el cono Sur de América. Es director ejecutivo de la Juventus Academy en Santiago de Chile, organizadora de torneos de formación y captación de jóvenes valores. La Bianconero Cup lleva su firma y la vinculación con el club italiano es absoluta.

Y, además, Illesca es colaborador de varios medios de comunicación de radio y televisión para comentar la actualidad del fútbol chileno y mundial.

Tras salir de la UD y abandonar las botas de tacos, exprimió el tiempo a conciencia.