Iñigo-Fabio: La sociedad del pase seguro
24/10/2019

La mejora de la UD Las Palmas en su centro del campo pasa por el silencioso trabajo de dos jugadores que se ponen al servicio del colectivo

B. Pérez


La reacción de la UD Las Palmas esta temporada, que le permite otear su horizonte con serenidad, tiene muchos nombres propios. Y actuaciones estelares como las de Jonathan Viera y Pedri.


Pero hay una labor invisible en el centro del campo que comparten nuevos socios, nombres no discutibles ahora en las fotos iniciales de los partidos.


Es un trabajo sin ruido pero eficiente. No sólo en el sabotaje de las iniciativas rivales, en las que Fabio González y Ruiz de la Galarreta se desgastan. Los dos centrocampistas también se esmeran en la no comisión de errores con el balón.


La sociedad del pase seguro ofrece un bien a la UD Las Palmas. Ambos, con distintos valores numéricos de minutos en juego, presentan un altísimo porcentaje de pases ejecutados completos. En total, Iñigo y Fabio ofrecen cada minuto y cuarenta y ocho segundos de juego. Ese dato es coincidente, aunque hay que tener en cuenta que De Galarreta ha jugado 986 minutos de la presente Liga y el ingeniense González lo ha hecho en 705 minutos.


Ese dato es relevante. Lo mejoran pocos jugadores. Y como centrocampistas dos en el vigente campeonato: Mosquera (Huesca) y Alex Bergantiños (Deportivo).


De Galarreta ha completado con éxito 542 pases mientras Fabio ha firmado 392. Esos servicios a compañeros están en zona de riesgo mayor, por jugar en posiciones de mayor tránsito que, por ejemplo, los defensas centrales.


De Galarreta y Fabio aún no entran en el ranking de asistencias de gol, porque esas funciones les corresponden a otros. Pero el papel de actores de reparto lo llevan con integridad, en beneficio del conjunto y en el lucimiento de otros jugadores con mayor luz estelar del grupo.


Haber encontrado esta nueva sociedad supondrá mejores horas de sueño para Pepe Mel, que desde su llegada la pasada temporada reclamaba que se evitaran pérdidas de balón en zonas donde Las Palmas se mostraba frágil. El escenario ha cambiado.

 

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