SABADO, 21 DE MARZO. La oleada de peticiones para el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de 2020, desde distintos ámbitos deportivos, no ha hecho sino comenzar. Japón y el COI siguen de espaldas a ellas, pero la posibilidad de que en breve se comunique el cierre de la competición en las fechas previstas de este verano es creciente.

El empuje definitivo lo ha dado Estados Unidos, país que empieza a reaccionar también contra la pandemia del COVID19. La pasada madrugada fue el Equipo de Natación USA el que solicitó de manera oficial el aplazamiento. Y, en las horas siguientes, el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC) se unió a la causa y anunció que sus atletas no acudirían a Japón si en 2020 no reciben de parte de las autoridades nipones las absolutas garantías de seguridad sanitaria.

La directora ejecutiva de USOPC, Sarah Hirshland, fue contundente: "La decisión sobre los Juegos no recae en nosotros. Eso recae en la Organización Mundial de la Salud (OMS), el gobierno japonés y el Comité Olímpico (COI). Pero en ningún caso enviaríamos a nuestros atletas en peligro si no fuera seguro".

El asedio al COI llega de más direcciones. No sólo de España. Los comités olímpicos de Brasil y Noruega solicitaron también el aplazamiento. La Asociación Atlética de Alemania, una de las más potentes en la competición, también se ha alineado entre los que piden que los Juegos viajen hasta 2021.

"Sé que ahora mismo el presidente del COI tiene más cosas que hacer, muchas obligaciones y muchas cosas pendientes, pero echamos de menos alguna respuesta o alguna solución más o menos inmediata, porque vivimos en esa incertidumbre de no saber qué va a pasar", ha dicho este sábado Carolina Marín, estrella del bádminton mundial.

El COI se resiste, pero los ejemplos del fútbol y otros deportes internacionales son la hipotética única respuesta.