SÁBADO, 18 DE ABRIL. En el corazón de la Amazonia tampoco hay escapatoria a la amenaza del coronavirus. Varios indios yanomamis (entre ellos un niño de cuatro años de edad) ya se cuentan entre las víctimas mortales en Brasil, donde la preocupación es inevitable con la pureza indígena del país.

Recuerda Folha de Sao Paulo que la nación Xingu ya pagó con el 90 por ciento de su población la llegada de los otros virus procedentes de Europa. La viruela, el sarampión y la gripe hicieron estragos desde la llegada de los conquistadores.

Ahora, los supervivientes se cuentan en 6.000 indios, en constante crecimiento poblacional desde los años sesenta. Pero no tiene otra alternativa que cerrar sus fronteras naturales, aislarse por completo del mundo occidental y vivir exclusivamente de los recursos que proporciona el norte del Mato Grosso.

Un juez ha prohibido a los misioneros evangélicos penetrar en territorios del Amazonas para evitar el contacto con las tribus indígenas, informa RFI, tras recibir una demanda en este sentido por la Unión de los Pueblos Indígenes del Valle de Javarí.

El menosprecio inicial a la pandemia del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha colocado en estado de alarma hasta las profundidades de la selva amazónica. Quizá allí, si las medidas se aplican con rigor, no podrá llegar jamás el invasor coronavirus.