La división del grupo canario entró en debate
23/04/2020

Manuel Borrego

 

La irrupción del coronavirus de 2019 ha cambiado o va cambiando muchos de los conceptos que conocíamos hasta marzo pasado. Y todavía nadie es capaz de precisar dónde está la línea de su horizonte.


El deporte no vive de espaldas a ello aunque se detecta que muchas personas vinculadas a él viven con la esperanza de recuperar el estatus que conocieron hasta justo antes del 14 de marzo, cuando se activó el estado de alarma en España.


En esas mismas columnas digitales hemos dibujado días atrás cómo se está abordando la problemática, reclamando incluso una vacuna que reactive la sensatez entre quienes tienen que decidir. Nos seguimos refiriendo al momento que vive el fútbol regional, empezando por una Tercera División en un grupo tan peculiar como el canario. Ese mundo, no tiene que ver con el profesional, con más medios y otro tipo de recursos para subsistir.


Se ha desatado entre los clubes canarios una oleada de ideas, especialmente la relacionada con la palabra ascenso o promoción como asunto más incendiado. Pero también esta misma semana se ha retomado otro asunto, debatido de manera interna entre clubes de todos los rincones del Archipiélago: la fractura en dos grupos provinciales de la Tercera División, que es la categoría que más quebraderos de cabeza está proporcionando por su complejidad.


Desde 2017 planteábamos esa opción en Tinta Amarilla, porque hay argumentos abundantes aunque la opinión del colectivo del clubes no está colegiada en un mismo sentido.


El formato de la Tercera División actual no es suficientemente atractivo para el aficionado y es una carga económica y estructural voluminosa para la mayoría de los equipos que acceden a ella. Ni siquiera el cruce de equipos de distintas provincias está suponiendo un incentivo en las gradas. Al contrario, suelen despertar mayor interés los encuentros de rivalidad insular o de cercanía.


Partiendo de esa base hay que considerar que ninguno de los 17 restantes grupos de Tercera tiene las características tan singulares de Canarias. Como dijo en su día el presidente del CD Tenerife, Javier Pérez, "mi tierra es la más fracturada de España. Fracturada por la distancia y el mar".


Cada fin de semana se movilizan las plantillas para los encuentros interinsulares, con abundantes cruces entre las dos provincias. Para un deporte no profesional, ese esfuerzo es extraordinario para los propios jugadores que hipotecan con sus familias los fines de semana para jugar al fútbol. Gastos, logística colectiva, tiempo invertido y contratiempos, que también los hay y en abundancia. De hecho, el grupo canario es el único incompleto en el momento de pararse la competición por el estado de alarma. Eso no ocurre en el resto de grupos, ni si quiera en el balear.


Canarias sí es diferente y su fútbol debe reflexionar en ello. Una competición de Tercera canaria dividida por provincias en la fase regular (luego play off o fórmulas alternativas) permitiría:

 


* Economizar tiempo, dinero y organización a los clubes

 

* Incentivar la vuelta de los aficionados a las gradas con el argumento de la rivalidad local como principal aliciente

 

* Poder disponer de días y horarios que no sean competitivos con el fútbol profesional televisivo, tan abundante en la actualidad

 

* Liberar a los jugadores no profesionales de compromisos que les alejen de su vida familiar los fines de semana

 

* Generar la posibilidad de abrir la mano con más cantera


* Y todos aquellos argumentos internos que los clubes conocen bien y que son grilletes para sus propias cargas.


La Tercera y el fútbol canario en general tiene un grave problema ahora, pero puertas que se cierran otras se pueden abrir.


Y si existen dirigentes que desconocen la ‘ventaja' de un acceso a la Segunda División B podrían preguntar a los colegas que le precedieron en Telde, Maspalomas, Gáldar, Vecindario, Universidad, Corralejo, Pájara, ... Lo podrían explicar con lágrimas.


No hay que competir con el objetivo único de ganar. Hay que saber por qué se compite.

 

Comparte el artículo si te ha gustado
También te puede interesar