Manuel Borrego

Justo un año atrás, el panorama era distinto para Pol Salvador (quinta de 2001). En el camino le tocó el aprendizaje desde el dolor. El centrocampista estaba terminando su temporada como integrante del DH juvenil de la UD Las Palmas. Tras aquel partido en el Anexo con empate ante el Acodetti, Pol no pudo evitar las lágrimas al ver cómo el equipo amarillo cedía el título de Canarias de la categoría al CD Tenerife. Una semana después, participaba con sus compañeros, entre ellos Pedri, en el pasillo al conjunto blanquiazul.

Pol es desde esta semana uno de los siete jugadores con licencia de filiales que mantiene Pepe Mel entre los 31 de Barranco Seco, junto a los habituales Alvaro Vallesy el propio Pedri, además de Alex Domínguez, Pablo Haro, Josemi Castañeda y Claudio Mendes.

Ya advirtió el entrenador que todas las ayudas serán pocas, porque la Liga exprés tiene una exigencia especial para los equipos insulares de Canarias. Por eso, Pol está en una nueva ilusión un año después por esa magia que tiene el fútbol de abrir senderos en la espesura. Y porque un buen trabajo siempre alcanza recompensas.

Las funciones futbolísticas de Pol, siempre asociadas a la colectividad, se añaden a las de compañeros de competencia en los puestos de medio del campo. Pol tendrá como referencias a jugadores como Javi Castellano, De Galarreta, Fabio González, Tana, Fede Varela o el mencionado Josemi.

"Quiero a Pol conmigo" llegó a decir en público antes de la pandemia el propio Mel. Lo venía observando y ahora, sin otro horizonte competitivo que el profesional, lo sitúa ante una puerta que el propio Pedri pasó con éxito. Porque la posibilidad existe de que pise antes un césped posibilidad que la Segunda B. Esa singularidad sólo la poseen él entre los canteranos elegidos, pues Alex Domínguez y Claudio sí han participado en la competición de bronce.

El fútbol también es así. Nunca dejará de sorprender.