Podría servir como ilustración de la frase célebre; pero no. Es en realidad una escena de solidaridad y amistad en el seno de Las Palmas Atlético. Dani Martín arregla a su compañero Fran Carmona esos pelos que a veces se desordenan en el rostro. Dani y Fran, compañeros y centrales. Mucho trabajo juntos y mucho que colaborar.