No solo Ricky Martin ha quedado prendado por el Kitesurf. Esa modalidad que une una cometa con una tabla está invadiendo Gran Canaria, una isla en la que la presencia de los vientos alisios hace que los amantes de este deporte, gocen como niños, de las bondades para este deporte. En la playa de Vargas se suelen dar cita muchos amantes del Kitesurf junto a otros windsurfistas para convertir el ya de por si maravilloso paisaje en un digno cuadro en movimiento con una coreografía tan coordinada que obliga al neófito a preguntarse ¿Dónde estará la torre de control? Y no la hay, el arte no admite supervisión para regular los movimientos y el colorido que se genera cuando estos microartistas del deporte se ponen en marcha podría inspirar a autores como Van Gogh, Monet o la propia Frida Khalo. Verdad o no esto último, lo cierto es que la danza de cometas, tablas y gritos al aire de los kitesurferos hace del paseo por Vargas un momento irrepetible.