"Nosotros mismos somos el ejemplo que necesitamos en la última jornada. Hemos conseguido muchos puntos porque nunca nos rendimos" afirma el centrocampista debutante en Segunda B
Manuel Borrego
El primero de la serie de goles en Segunda División B fue de Pitu Viera. ¡Cómo celebró la UD Tamaraceite aquel tanto al Marbella!. Luego vinieron los de Jonathan Quintero, de Asdrúbal, Eros, David González, Fagir, Alberto, David García ... Este domingo, el minuto de gloria fue para Héctor Marrero (26). Y es hasta hoy el tanto más importante de la temporada del club grancanario porque con él mantiene hasta la jornada del epílogo sus posibilidades de promoción a la futura Primera RFEF. Porque todo está por decidir.
La situación era compleja para el Tamaraceite hasta ese momento en que el cabezazo de Héctor acabó en las redes del Sevilla Atlético. Irá a visitar al Real Murcia este domingo con varias premisas y la única que está en manos del equipo isleño es ganar su partido y esperar acontecimientos. "Está difícil, lo sabemos; pero nada es imposible en el fútbol".
Héctor ha vivido en una nube personal desde que finalizó el choque del domingo en el Juan Guedes. Su travesía deportiva cobró sentido cuando vio en la grada la algarabía que se había montado con el gol del empate, que rescataba a su equipo de una delicada situación. Aunque fue una alegría a medias entonces, porque la victoria que tanto anhelada se escapó entre los dedos. "Es verdad que tras el partido el equipo tenía una sensación de abatimiento", reflexiona 24 horas después. "Queríamos depender de nosotros mismos en la última jornada, por eso luchamos por la victoria que no se logró. Pero el mismo Chus Trujillo entró en el vestuario y pidió que levantáramos la cabeza. Porque todavía hay que jugar la última jornada y, ¿por qué no?".
A la plantilla de la UD Tamaraceite no le será difícil convencer de que arrojar la toalla no es una opción. Porque ya lo ha comprobado en multitud de ocasiones esta misma temporada, siendo equipo especialista en resistirse a la adversidad y encontrar el premio en los minutos finales. "Es cierto. Nosotros mismos somos el ejemplo. No sé cuántos partidos se han resuelto al final. Pero es porque siempre tenemos fe en nuestro trabajo, en nuestro estilo de juego y en nuestras posibilidades. El próximo fin de semana iremos con esa misma mentalidad al partido. Aunque las primeras horas tras el 1-1 han sido difíciles".
El gol
Era también el primer gol de Héctor Marrero, debutante como muchos compañeros en la Segunda División B. "Mi primer gol ... ¿cómo no iba a ser de cabeza?. Cuando el balón le cayó a Jordan tuve la intuición de que iba a venir hacia mi posición, en el segundo palo. Esa corazonada fue buena. El balón vino hacia mí. Estaba delante Quintero pero no lo alcanzó. Yo lo tuve de frente y me fijé en la posición del portero antes de cabecear. Por eso decidí al palo largo. Fue una alegría enorme. Corrí hacia el lado de la grada y no distinguía otra cosa que a toda esa gente contenta. No sé qué pensé en ese momento", comenta a los lectores de Tinta Amarilla. "No me olvidaré jamás de este gol, que pasa ahora por ser el más importante en mi trayectoria deportiva. Ahora lo saboreo con sosiego. Disfruto de él como recompensa a tanto trabajo y sacrificio durante muchos años".
Porque Héctor no ha tenido suerte con las lesiones. Las ha ido padeciendo ya en etapa senior, tras notable proyección en filiales de la UD Las Palmas hasta ponerse a las órdenes de Víctor Afonso en la etapa de aquél en Las Palmas Atlético. "Estuve año y medio sin jugar al fútbol. Llegué a desesperarme porque quería, pero no podía. Por eso, cuando me llamaron en el Tamaraceite para jugar en Segunda División B, me llevé una gran alegría. Quiero devolver esa confianza".
"He notado mi progresión. Al principio", admite, "tenía inquietud en saber si iba a responder a las exigencias de la Segunda División B. Y he visto que sí, que estoy capacitado. Este año ha sido muy importante para mí y para mis compañeros. Agradezco el apoyo de todos. Chus Trujillo sabe que puede contar conmigo cuando lo necesite, como ocurrió el domingo (tras la lesión del central Alberto)".
Marrero se considera "un mediocentro. Es mi posición natural. Pero he podido demostrar que también puedo jugar como defensa central. Es un valor actuar en varias posiciones". Y, además, estar al nivel "de compañeros de la talla de Alberto y David García. Son dos futbolistas de los que uno debe aprender, con los que he progresado. David es excepcional como deportista. Estar a su lado enriquece. Es como un libro abierto del que se aprende página a página".
Eros, arriba
Ahora tiene Héctor una labor extra con un compañero que para él es especial. "Cuando llegó el descanso, Eros Delgado me abrazó y me dijo que se había alegrado por mi gol. Me emocionaron sus palabras. Él sabe lo mucho que he trabajado para que llegara este momento", desvela. "Luego tuvo él la ocasión de marcar y no lo logró por poco. Estaba realmente tocado tras el encuentro. Me une una amistad personal muy estrecha con Eros y sé el valor que tiene para el equipo. Es un jugador muy profesional, que ha trabajado muchísimo por el Tamaraceite. No anotó el gol que buscaba esta vez, pero tendrá otras oportunidades. Necesitamos que Eros se venga arriba. ¿Quién sabe si el fútbol le reserva también el gol del ascenso?. El equipo le vale como ejemplo: Seguiremos peleando hasta el final".