Después del empate a uno en casa en aquel derbi del 28 de marzo, el CD Tenerife se ha estancado sobremanera enlazando una única victoria (1-0 al Sporting), tres empates (Cartagena, Mirandés y Castellón) y tres derrotas (Logroñés, Girona y Almería). Por aquella fecha el equipo de Ramis tenía 10 puntos de ventaja (40 por 30) sobre el Alcorcón, que delimitaba la barrera del descenso, pero ahora ese colchón se ha quedado en solo seis puntos, y antes de la visita a un rival como el Sabadell, que se juega la permanencia.

De tener más de tres partidos de ventaja por entonces, se ha pasado a una situación en la que podría ser de apenas un partido en un abrir y cerrar de ojos, con tres partidos por delante y siendo dos de ellos contra los primeros clasificados: Espanyol y Mallorca. Ese derbi supuso la decadencia en resultados y pérdida de crédito en la clasificación. Además la mala suerte en forma de expulsiones y lesiones se cebó especialmente en ese partido contra Las Palmas. Carlos Ruiz y Nikola Sipcic fueron amonestados (tenían cuatro amarillas) y fueron baja para el partido en Logroño (derrota) con Alberto y Bruno Wilson como nueva pareja de centrales.

Hasta ocho jugadores blanquiazules estuvieron apercibidos al mismo tiempo con ser sancionados por acumulación de amonestaciones. Los centrales fueron los primeros, pero fueron cayendo Aitor Sanz, Pomares y Javi Alonso, que se perdió dos partidos; el primero por una quinta amarilla y el segundo por una roja directa que vio ante el Castellón, dejando a su equipo con uno menos en la primera parte, como hiciera Alberto en el reciente choque frente al Almería.

Además durante este período la enfermería blanquiazul se colapsó con hasta siete jugadores en el parte médico del club. Cayeron consecutivamente Ramón Folch, Pomares, Bruno Wilson, Álex Muñoz, Álex Bermejo, Gio Zarfino y Carlos Ruiz, privando al entrenador de recursos para este tramo final de temporada. De hecho, de todos ellos solamente se ha recuperado Pomares por el momento.

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