M.B.

De los jugadores del filial que pasan revista con Pepe Mel, Claudio Mendes (8 de diciembre de 2000) podría decir que es el más que más se ha aproximado a obtener un dorsal profesional en el equipo amarillo.

Apareció en el epílogo de la temporada 2019-20 tras la pandemia, jugó dos encuentros, fue habitual en el primer sector de la temporada 2020-21, disputó 16 partidos más de Segunda División y ahora otra vez se presenta como una de las alternativas jóvenes para ser tenido en cuenta.

Lesiones o irregularidades le marcaron los meses finales del pasado ejercicio, que concluyó con paso por el quirófano por una lesión de hombro.

Claudio hasta ahora es una apuesta continua del club amarillo y también la suya es una reivindicación aún por finalizar.

Hay poco que descubrir de las cualidades de un futbolista explosivo, rápido, potente y con cualidades para el gol. Todo eso está en el expediente deportivo, quedando lo más importante: que las raíces se consoliden.

Lo que este verano tenga que ocurrir tendrá que ver con el propio Claudio más que con las opiniones de los técnicos. Si la balanza se cae del lado de sus cualidades, habrá que buscar ese dorsal que no sea el 26 que debería guardar como primera entrega de su etapa en el mundo del fútbol real.