Manuel Borrego

El primer partido oficial de la UD Las Palmas, frente al Real Valladolid, presenta una curiosidad que ha generado los movimientos de plantilla del club grancanario en el tránsito de una a otra Liga. Roque Mesa es el único superviviente grancanario de la última vez que ambos equipos se cruzaron, entonces en promoción de ascenso a Primera (2015).

El encuentro acabó sin goles 0-0 y ese marcador permitió a Las Palmas hacer valer el 1-1 del Nuevo Zorrilla para presentarse a la final frente al Real Zaragoza.

El teldense cambia el amarillo por el albivioleta del equipo de Pucela. Las marchas de Aythami Artiles, Dani y Javi Castellano, unidas a la más reciente de Sergio Araujo deja a Roque en esta situación de curioso superviviente de aquel partido.

El otro repetidor de ambas plantillas es el meta Raúl Fernández-Cavada, ahora en la UD Las Palmas y entonces segundo en la competencia de la portería vallisoletana tras Javi Varas.

Raúl, a la derecha al fondo, en el banquillo del Valladolid en 2015 (C. Torres)

Raúl estuvo en el banquillo del Estadio de Gran Canaria aquella tarde y no tuvo la oportunidad de salir al campo cuando, faltando un par de minutos, se produjo penalti y expulsión de su compañero Varas. Su técnico, Francesc Ferrer Rubí, ya había realizado los cambios y en la portería debió situarse con los guantes el defensa Jesús Rueda. Araujo envió la pena máxima por encima del larguero más cercano a la grada Naciente.

Seis años después ambos tendrán la posibilidad de reencontrarse en el mismo escenario, curiosamente sin que los dos equipos se midieran desde entonces en competición oficial al coincidir el descenso amarillo con el retorno violeta a Primera.

Los caminos de Raúl y Roque fueron largos para llegar al mismo destino este domingo, con distintas camisetas pero con idénticos propósitos profesionales.