Manuel Borrego

Moller Gino Lopes (Guinea Bissau, 19 de julio de 2002) afronta su primera temporada en categoría senior. Fue miembro del excelente equipo juvenil de la UD Las Palmas, que la pasada temporada acarició el pase a semifinales de la Copa de Campeones. Una tanda de penaltis ante el Deportivo, posterior ganador del título, privó a los amarillos del paso a la siguiente ronda.

Moller fue uno de los protagonistas. Ahora está a las órdenes de Tino Déniz para regresar a la Segunda B, a través de la novedosa Segunda RFEF, con la UD San Fernando. “Vine para cumplir mi sueño. Quiero llegar a ser jugador de la UD Las Palmas. Me lo tengo que ganar. Esta es una excelente oportunidad para ganar pasos”, reconoce a los lectores de Tinta Amarilla.

El atacante procede de Guinea Bissau, como su familia, y se asentó en Ibiza hace nueve años. “En mi país jugaba al balón en las calles, no en equipo. Pero cuando llegué a Sant Antoni de Pormany fiché por un conjunto de fútbol sala. Así fueron mis comienzos”, recuerda. Esos fueron sus primeros pasos federados para luego pasar al fútbol once “que me gustaba más. Porque con más espacios podía aprovechar más mis condiciones físicas. Soy un jugador rápido, potente, … Es mi estilo para jugar al ataque. Y con él quiero llegar lejos en el fútbol”.

Esas condiciones naturales no pasaron inadvertidas. Los captadores lo llevaron en cadetes hasta la cadena filial del Betis. Y, de retorno a Baleares, acabó jugando en Segunda B con la Peña Deportiva. Moller debió dejar la casa familiar para venir a Gran Canaria y enrolarse en el proyecto de la UD Las Palmas. “En mi primer año sufrí un poco la adaptación. Es normal. Marqué dos goles y, para colmo, llegó la pandemia. La pasada temporada ya fue mejor. Jugué mucho y anoté siete goles. Ayudé bastante al equipo”, admite. Y llegó incluso a debutar en Las Palmas C frente al Tenisca, en la fase de promoción de ascenso.

“Comprobé que las islas son diferentes. En Canarias tenemos un verano constante. En Ibiza hay que estar en invierno, porque todo el mundo desaparece y hace frío. Todo ello me costó al comienzo. Pero estoy bien, muy adaptado. Comparto piso con mi compañero del filial Dani Molina”, señala.

“¿Por qué vine a Las Palmas?. Porque creo en mí, que puedo llegar a ser profesional”, añade. “Todos los días me levanto pensando en mi ídolo, Samuel Eto'o. No lo vi jugar salvo ahora en vídeos. Un gran futbolista. Pero me gustan muchos sus frases. Especialmente la que dice: Trabajo como un negro para vivir como un blanco (risas). Ese mensaje me motiva todos los días”.

En los actuales planes de Tino Déniz, Moller es “extremo. Es una posición que me gusta, pero también puedo actuar como delantero. Este año me vendrá muy bien para competir contra jugadores de mayor nivel. Ya tuve experiencia en Segunda B cuando estaba en la Peña Deportiva. Ahora quiero aprovechar esta oportunidad, hacer bien mi trabajo y marcar muchos goles”.

Ayudar al San Fernando es igual que ayudar a sí mismo: los servicios técnicos de la UD Las Palmas estarán atentos a la evolución de un discípulo de Eto'o con el horizonte grancanario.