Carlos Cid
El jugador cedido por la UD al Tamaraceite celebra a lo grande su vuelta a los campos 8 meses después de pasar por el quirófano
Manuel Borrego
Carlos Cid(21) fue uno de los protagonistas de la jornada pasada en la Segunda RFEF. El extremo cedido por la UD Las Palmas a la UD Tamaraceite fue autor de uno de los más emotivos goles de la reciente historia del club grancanario en las divisiones superiores. Salió al campo con determinación y colocó el balón, tras golpe de cintura, en las redes del Córdoba. El empate tuvo un valor con mucha carga anímica para él y para su propio equipo.
El jugador asturiano tiene todas las fechas marcadas en su mente. La de su lesión que le impidió seguir en activo la pasada temporada (17 de enero en la visita al San Fernando de Cádiz) y la del día de su paso por el quirófano (3 de febrero). Pero soñó tanto con el regreso que cumplió con lo que había hablado con familiares y pareja sentimental. “Justo el domingo hacía ocho meses desde que me operaron. Quería hacerlo bien, tenía unas ganas que se había acumulado durante todo ese tiempo. Y cuando López Silva me envió el primer balón me dije: Esta es la mía”, indica en declaraciones para los lectores de Tinta Amarilla.
Cid arrancó en sentido vertical y con velocidad. Encaró a un defensa cordobés antes de chutar con precisión junto al poste. Y entonces se desató la euforia que ya en otros episodios de la pasada campaña se había vivido en el recinto de la capital. “Lo vi claro y salió perfecto. La montonera que se formó con mis compañeros justificó los deseos que todos teníamos de lograr algo así. Estaba en una nube en ese momento, pero Aythami Alvarez -uno de los capitanes del equipo- me dijo algo que escuché bien. Que era mi recompensa al sacrificio que había tenido para poder recuperarme”.
Carlos admite que nunca perdió la esperanza en estos ocho meses para retornar a los campos de fútbol. “Aunque sí existen momentos malos, que he tenido que superar. Son tres o cuatro días y luego apretamos para salir adelante”.
Su gol al Córdoba tiene el mismo aroma que el logrado por él mismo en su debut contra el Recreativo. Había salido minutos antes, encaró por el mismo sector a su par onubense y marcó aunque “esta vez fue diferente. El primero recortó por fuera para tirar al primer poste. Esta vez vi que el defensa me esperaba y, tras orientar el balón, lo pude colocar donde no alcanzaba el portero. Se ha convertido en mi jugada”, reflexiona con alegría.
Desde la distancia ha recibido multitud de felicitaciones, de los familiares y amigos. “Parece increíble que ocurra una cosa así. Había dicho que me gustaría volver al fútbol con un gol como el del primer día. Soñé tanto ese gol que se hizo realidad”, explica.
NECESITAMOS A DAVID GONZÁLEZ
Cid vive una semana diferente, con la lógica sensación del ‘sí, se puede’. No solo lo ha demostrado en lo personal. También en lo colectivo. “Por supuesto mi alegría está en poder ayudar al Tamaraceite. No nos están saliendo las cosas como estamos preparando. En los cuatro primeros partidos me estaba comiendo las uñas, porque quería ayudar a mi equipo. El Tamaraceite es mejor equipo de lo que dice la clasificación”.
Admite que “no han cambiado muchas cosas a nivel futbolístico con la nueva etapa técnica. En realidad Chus Trujillo y Pachi Castellano tienen la misma idea de fútbol. Hemos perdido algo de combinación en el juego, pero con David González el equipo tiene otra identidad. Para el juego que quiere Pachi, González es fundamental. El domingo lo notamos. Acabó bien, aunque no está para noventa minutos como es lógico porque necesita ritmo”.
También lo requiere Carlos. En el plan de recuperación previsto la fecha límite para su retorno era precisamente el partido contra el Córdoba. “Me he matado a trabajar con los fisios y he luchado mucho en general para mi vuelta. Todavía no estoy al ciento por ciento. Porque hay aspectos del juego que no lo da el gimnasio sino estar en contacto con el balón. El físico te lo da realmente los partidos. Pero ya he vuelto y estoy dispuesto a dar más”.