Manuel Borrego

Es la segunda vez que ocurre en esta aún breve temporada. La UD Las Palmas se enfrenta a un equipo líder de la Segunda División. Y, como ocurrió hace quince días con la Ponferradina, el equipo de Pepe Mel está dispuesto a ejercer de aguafiestas en este nuevo cruce, frente a un flamante UD Almería.

Porque todo lo que se genera en torno al conjunto andaluz es euforia. Su técnico Rubí trató de frenarla, recordando las cualidades y potencial de los amarillos. Pero en ese ambiente acude Las Palmas al estadio de Los Juegos del Mediterráneo donde ya sabe lo que es saborear un triunfo.

Si el Almería está al alza, como ha demostrado en las últimas jornadas y sin conocer la derrota, Las Palmas ha salido reforzada de moral y puntos en las dos últimas semanas. Seis goles a favor, dos en contra (disparos a larga distancia), buen juego en diversos tramos y ubicada en posiciones de promoción de ascenso. Los incentivos que tienen los amarillos para el encuentro de este sábado son tan potentes como los del primer clasificado.

Siempre queda la incógnita de saber qué Unión Deportiva saldrá a feudo almeriense. Si timorata y desconectada como en Miranda de Ebro o enchufada como hizo precisamente a la Ponferradina, a la que no le concedió ni el primer minuto de tranquilidad.

Los amarillos han viajado con el disfraz de aguafiestas, que ya ha utilizado en otras ocasiones ante grandes rivales de la categoría, y en el campo se verá si son capaces de sorprender a su poderoso oponente, con el goleador Sadiq a la cabeza.

El once tiene dos dudas, dijo Pepe Mel. La de Eric o Raúl Navaspodría inclinarse por la opción canaria. Si la respuesta ante el goleador almeriense ha de ser ágil y rápida, Eric tiene ahora ritmo de competición que su compañero recién lesionado.

Y en el centro del campo, Fabio o Loiodice. Porque todo lo demás parece evidente habida cuenta del buen rendimiento en la conquista de los 6 últimos puntos.

Un partido de altura, sin duda, que será preámbulo de otro con mayor calado. Al tiempo.