La previa
Manuel Borrego
Dos conjuntos que no saben perder. Porque, en realidad, ambos aspiran al premio más codiciado de la división. Lo llevan haciendo desde 1951 cuando se encontraron por vez primera en la Segunda categoría. Y lo siguen haciendo en 2021, seis años después del último gran duelo entre ambos.
Dos conjuntos duros de pelar; los que menos derrotas llevan hasta el momento en el calendario de quince partidos ya cubiertos. Y es el dato de advertencia previo, que deberían tener en cuenta también mutuamente.
Batir al Zaragoza no será misión sencilla para una UD Las Palmas plagada de bajas, como el rival maño también lo está. Dos ausencias añadidas en las dos áreas. La de Eric Curbelo, el zaguero central con mayor velocidad y criterio de anticipación de las últimas fechas, es una ausencia con exigencias para su relevo (quizá Ferigra; atento Alex Suárez). Porque precisamente a la contra y con verticales acciones ofensivas el Zaragoza puso en jaque la pasada temporada a los amarillos. Y de ello sabe bien su técnico Juan Ignacio Martínez.
La baja de Moleiro, con su participación sub19 una semana más, es una añoranza más para el ataque de Las Palmas. La pasada semana fue el tinerfeño quien abrió el camino de la portería del Real Oviedo con una gran jugada personal finalizada por Kirian.
Pero si el equipo de Pepe Mel quiere seguir en la zona alta de la clasificación no puede ni debe refugiarse en excusas. Ganar el partido es una prioridad que le garantizaría seguir a la estela de los puestos de ascenso directo o ocupar uno de ellos. La pérdida de los puntos, sin embargo, daría alas a un rival que viene en ascenso y cuyo escudo también le exige dar codazos para colocarse en la zona alta de clasificación.
Y en este contexto se produce la esperanzadora vuelta de Jonathan Viera. Que no estará para un gran encargo, aunque sí para un recado. Sin él, el equipo ha mantenido el tipo. Y lo tratará de hacer una semana más.