Manuel Borrego

No muchos jugadores, especialmente canarios, pueden presumir de tener en su expediente personal dos ascensos a Primera División con equipos distintos. Los ha firmado Asdrúbal Padrón, el hoy futbolista de la UD Tamaraceite en la dura Segunda RFEF. Los celebró como futbolista activo en las plantillas de la UD Las Palmas en 2015 y CD Leganés en 2016. A los dos equipos llevó a la máxima categoría, no llegó a ella posteriormente. Y a ello hay que unir el logro del salto a Segunda B con Las Palmas Atlético, en 2013, pieza también integrante en el esquema de Víctor Afonso, técnico imaginamos que encantado con su profesionalidad y seriedad en cada entrenamiento.

Le ha costado a Asdrúbal disfrutar de las sensaciones goleadoras de la actual temporada (5), porque ha debido atravesar en estos años sus momentos delicados a causa de una lesión y porque el gol está vinculado a muchos factores que conocen bien en el gremio. El jugador de Guanarteme no se ha ido a jugar pachangas con chanclas al otro al lado del mundo. Su compromiso con el actual equipo, en el difícil reto de una dura permanencia en la reñida categoría, sigue en marcha.

Y ahora que el gol le vuelve a sonreír se acuerda de otra de sus motivaciones personales: su hijo. Ese bonito gesto del pasado domingo, tras anotar de penalti el 1-0 al San Roque, tuvo una dedicatoria a la grada donde Mateo y papá sabían el contenido de la escena del francotirador.

El Tamaraceite y Asdrúbal, ahora con su nueva sociedad con Chrisantus, van a necesitar más goles porque la Segunda RFEF no es una competición para jugarla en bermudas.