B. Pérez
No tuvo reparos Juan Ignacio Martínez, entrenador del Real Zaragoza, en descubrir públicamente un defecto que tenía en cuenta de la UD Las Palmas. “Tiene jugadores que dudan mucho en las jugadas a balón parado”, dijo el técnico del equipo maño después de ganar el partido del sábado, precisamente con dos goles que se originaron en jugadas de estrategia.
Y el análisis de la moviola del partido descubre que en los dos goles del conjunto aragonés se produce un caos en los marcajes de los futbolistas ahora adiestrados por García Pimienta.
En el 1-0, a los 4 minutos de la primera parte, los diez futbolistas visitantes de campo están hundidos en el área a la espera del centro de Eugenio. Incluso dan la espalda a varios jugadores del Zaragoza, que están atentos a un remate o a un rebote. Hasta tres atacantes están sueltos y uno de ellos, Jaume Grau, es el que recibe el balón rechazado por el portero Raúl para disparar a placer sin oposición.
En el 2-1 final, en jugada de córner cuando el partido ya estaba en la segunda mitad, de nuevo las piezas defensivas visitantes se entierran en las inmediaciones o interior del área pequeña. Y precisamente uno de los mejores rematadores del Zaragoza, Alvaro Giménez, está liberado de control. El destino quiso que el balón fuera a su posición y acabara rematando sin obstáculos a pesar de que en el área había una veintena de jugadores.
Entonces: ¿Quién coordina estos marcajes en la estrategia defensiva?. El caos estaba servido.
Imagen superior: la acción previa del 2-1, tras jugada de córner.