Se lo pasaron en grande todo el día. Y el equipo les regaló una victoria memorable, en un escenario donde se han producido muchas decepciones. 300 aficionados grancanarios acudieron al Nuevo Zorrilla para disfrutar esta vez del 0-1 amarillo. Antes se habían hermanado en un almuerzo con las peñas de Valladolid. No perdieron la esperanza y fueron unos privilegiados de una gran victoria que el tiempo dirá su valor definitivo.