B. Pérez

El nombre de Alberto Moleirovuelve a estar en frentes activos del verano. Varias fuentes de origen cubano siguen haciéndose eco de la ilusión caribeña porque el joven jugador tinerfeño acabe siendo internacional absoluto. Esta opción, pese a la insistencia, está descartada por el centrocampista amarillo, que ha iniciado su ruta internacional con la Rojita sub19 como bien se sabe.

Todo está guiado por la nacionalidad inicial de su padre, Alfredo Moleiro, residente en España no obstante desde hace más de un cuarto de siglo.

Pero la posibilidad de un posible traspaso de Moleiro a un gran club, como puedan ser los contactos conocidos con el FC Barcelona, está alimentando ese interés para que el seleccionador Pablo Elier Sánchez lo tenga pronto en cuenta. En cualquier caso, habría que convencer primero al jugador. Tendría que contar con el sí de un futbolista que este lunes está citado para iniciar la pretemporada con la UD Las Palmas, mientras espera acontecimientos. La renovación reciente hasta 2026 es un arma de tranquilidad para el club amarillo.

Canarias7 insiste este domingo que esas negociaciones con el FC Barcelona están aún activas. Y si se consagran, los planes de Moleiro podrían estar todavía más lejos de las expectativas cubanas.

Cabe destacar que varios futbolistas titulares habituales de la selección de Cuba actúan en el extranjero, porque la política actual del equipo nacional ha generado una apertura internacional a sus jugadores. Así Willian Pozo-Venta lo hace en el Notodden noruego, Arichel Hernández juega en el Independiente de Panamá, el portero Sandy Sánchez está enrolado en el Porto Velho de Brasil, Jorge Corrales y Dairon Reyes actúan en el FC Tulsa e Inter de Miami respectivamente de Estados Unidos, Luis Paradela ejerce en el Santos de Guápiles de Costa Rica, Carlos Vázquez ha jugado recientemente en el Tudelano de España … por solo poner algunos ejemplos del once titular cubano que recientemente ganó a 3-1 a Antingua y Barbuda.

Moleiro tiene un verano interesante, con la mirada puesta más en la Ciudad Condal y Gran Canaria que en La Havana.