La Generación Centennial se abre paso en la UD
12/07/2022

M.B.


Sin prisas; sin pausas. El relevo generacional es una constante en la UD Las Palmas, aunque con una cantera tan fértil sus insinuaciones son evidentes. En la revisión de los 37 jugadores que se han puesto en marcha esta semana en la Ciudad Deportiva de Barranco Seco hay un dato que emerge con fuerza: 11 de esos futbolistas pertenecen a la denominada Generación Centennials. Léase, personas que han nacido después del 1 de enero de 2000. 


A ese mismo grupo pertenecía Pedri González (2002), casi como avanzadilla en 2019-20 de lo que ahora se puede contemplar. Además de los ya estabilizados en la primera plantilla como Enzo Loiodice (2000), Claudio Mendes (2000) y Alberto Moleiro(2000), aunque se han incorporado como jugadores de filiales a examinar Cristian Abreu(2000), Julen Pérez(2000), Javi Cendón(2001), Álvaro Santana (2002), Alejandro Palanca(2003), Ale García(2003), Saliou Mandiang(2003) y Pau Ferrer(2003).


Representan ya, al menos en este inicio del trabajo grupo, casi un tercio del grupo. Los Centennials son el relevo de la Generación Millenials que aún domina el grupo profesional del equipo grancanario y de la práctica totalidad de las plantillas profesionales de los clubes deportivos. Aunque no se ha de obviar que García Pimienta también tiene entre sus actuales futbolistas del verano a jugadores que estaban en la frontera del nuevo siglo: Saúl Coco, Sergi Cardona, David Vicente, Iñaki Elejalde, Ferigra y Óscar Clemente nacieron en 1999.


Son futbolistas con nuevos hábitos, nacidos en la era de la globalidad, del internet como herramienta, los de las citas por whatsapp,  los que quizá nunca han conocido el olor a tinta fresca de los diarios de papel, ...


Sólo 4 de los 37 jugadores nacieron en la década de los ochenta del pasado Siglo: Raúl Fernández (1989), Sidnei (1989), Jonathan Viera (1989) y Raúl Navas (1988), siendo este último el más veterano de un grupo con el resto de integrantes no mencionados que nacieron en los años noventa.


El cambio generacional es inevitable y la UD Las Palmas no es un club con vértigo para aceptar a esta avanzadilla que un día, no tan lejos, dominará por completo la escena.

 

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