Manuel Borrego

Podríamos definir a Vitolo Machín como el tercer refuerzo en diferido de la UD Las Palmas. Porque así lo confirmó el propio presidente del club, Miguel Ángel Ramírez, al informar sobre el “acuerdo total” con el futbolista internacional grancanario y con el Atlético de Madrid, para un segundo préstamo que tiene aroma de ser definitio en el tiempo. Y porque tras el anuncio había que esperar unos días hasta la firma de la documentación que lo certifique. Su regreso pretende ser una experiencia tan productiva como la que ya se conoció en el ciclo inicial de Machín desde 2010.

Una de las ventajas de reunir en una misma plantilla a Jonathan Viera con Vitolo Machín es que el primero es capaz de sacar el mejor fútbol del segundo. Y viceversa. Son socios (los hermanos, definió el presidente) desde que coincidieron en filiales de la UD Las Palmas, generando diabluras futbolísticas con solo una mirada. Y lo volverán a hacer a partir de 2022-23, de nuevo en el mismo punto de partida que en aquel momento con Paco Jémez cuando ambos llegaron de la mano a la Liga Profesional. Forman una de esas parejas deportivas que dejan pisadas imborrables en el tiempo.
 

El que sería segundo regreso de Vitolo (32) a la UD Las Palmas es una inyección de alegría para el propio Viera, que tratará de guiar también su rehabilitación en el escaparate profesional, porque las últimas campañas de Machín no han sido lo que él esperaba. Apenas 294 minutos en el Atlético de Madrid en 2019-20 (10 encuentros) y 216 minutos con el Getafe la pasada temporada, cedido (7 partidos). El último gol de Vitolo hay que localizarlo el 25 de agosto de 2019, con el equipo rojiblanco y en visita al Leganés.
 

Y esos datos, tan hirientes para él, no reflejan la importancia que en varios momentos de su vida Vitolo llegó a gozar en el fútbol nacional, donde fue un referente en el Sevilla y en la selección española (12 encuentros internacionales y 4 goles).
 
La historia de Vitolo Machín siempre ha estado girando en torno a la UD Las Palmas.No solo porque fue el equipo desde donde brotó al fútbol nacional, sino porque esperó por él cuando se lesionó en 2010, le permitió el abordaje a la Primera División en 2013 al ser traspasado del Sevilla y, más tarde, le recibió con los brazos abiertos cuando fue cedido en 2017 por el Atlético de Madrid (previo pago de la cláusula de liberación al club hispalense). 

Vitolo tiene en su palmarés un título de Liga con el Atlético, cuatro Europa League (tres con el Sevilla y una con el Atlético) y una Supercopa de Europa. Pero no ha llegado a disfrutar como jugador de una conquista que le apetece como es el ascenso con la UD Las Palmas, que vivió en 2015 como aficionado casi como un protagonista del equipo de Paco Herrera. Se metió entonces tanto en la piel de sus compañeros de profesión que parecía uno de ellos. Y ese reto es otro argumento que añadir en la balanza de su motivación personal en 2022-23.

Machín acumula con la UD Las Palmas 101 encuentros oficiales en dos etapas, con un total de 27. Todos los retos con el equipo de sus sueños están en pie desde 2013, porque aquel año sí jugó la promoción de ascenso con los amarillos, cerrando el paso la UD Almería.
 

Ese Vitolo con tantos alicientes personales teñidos de amarillo es el que regresa a la UD Las Palmas, dispuesto a mostrar el fútbol que todavía lleva dentro. Y que conocen bien los aficionados que muchos días aplaudieron sus audaces jugadas.