Opinión
Manuel Borrego
Jonathan Viera lo ha vuelto a hacer, porque no ha dejado indiferente su paso por la primera suplencia de la temporada. No hubo necesidad de hacer pregunta alguna sobre futuro para que este lunes, al concluir la octava jornada del calendario, dejara caer un “me queda muy poquito aquí” que parece mensaje lleno de contenido. Esa es una puntada con hilo, sin duda, que en el camino abre otras tres preguntas que hasta ahora ni siquiera se planteaba en el ambiente: ¿Cuándo?, ¿cómo? y ¿por qué?.
Los tres interrogantes no los ha generado un jugador cualquiera. Se trata de un futbolista sobre el que gira el proyecto actual de una UD Las Palmas que está en plena travesía para prolongar su estancia en la Primera División, categoría a la que el propio Viera ascendió dos veces como pieza angular. Ese dato lo hace un elegido en la historia del club amarillo, al menos en la muy reciente.
Y tampoco parece que de manera rotunda tal afirmación, emitida el día de una victoria in extremis en la que el 21 tuvo mucha incidencia, hubiese cogido a contrapié a su entrenador García Pimienta. Las costuras del asunto parecen más amplias.
Viera, listo como pocos desde chiquito, ha movido una pieza en el tablero de ajedrez que a estas alturas del torneo no estaba previsto. Tiene un doble contrato con la UD Las Palmas, con una afición que lo idolatra. El contrato deportivo o profesional se extiende hasta 2025. El contrato emocional, sin embargo, tiene la fecha en blanco y se prolonga en el tiempo de por vida (Las Palmas). A cualquiera de los dos tendría que responder luego de que el peón de salida ya esté colocado fuera de la posición neutral.
El relevo generacional que menciona el propio Jonathan es una evidencia. Lo era también en el verano, durante la pretemporada, donde no habló de ese nuevo horizonte de salida. A algunos de esos jugadores que siguen sus huellas los ha acompañado hasta la Primera División, categoría en la que tienen todavía recorrido que hacer y en la que él es el nuevo guía.
La oportunidad es un don también. Si Viera la valoró en tan temprana curva de la campaña parece inevitable que tenga que aclarar a todos esos miles de amarillos que lo tienen en un altar el contenido de las tres preguntas. Y debe hacerlo con la tranquilidad de saber que, en cualquier dirección que lleve su discurso, lo único eterno es la Unión Deportiva Las Palmas.