B. Pérez
Benito Ramírez logró este pasado fin de semana anotar su primer gol en la máxima categoría. Y lo hizo con una singular celebración que se ha interpretado como un gesto de empatía con dos pardelas que sobrevolaron el Estadio de Gran Canaria.
El jugador ha aclarado que, en realidad, era una propuesta de su compañero Jonathan Viera para realizar los movimientos del brasileño (nacionalizado español), Catanha. No se había visto en la isla una celebración así desde 1999, cuando el ariete Catanha igualó un partido clave con la UD en el Estadio Insular (1-1). Tenía Benito entonces apenas tres años y medio.
Lo de Catanha era, en realidad, el ‘baile’ de la gaviota. También lo realizó en otros clubes como Celta o Leganés. Ese era el otro apodo con el que se conocía al realizador nacido en Recife, de nombre Henrique Guedes Da Silva.
Benito no pareció acercarse al aleteo de Catanha, cuyos remos eran completos y los de Benito se ejercían desde sus muñecas.
Por cierto que el aldeano Benito, como ha anunciado UDRadio, tiene esta semana cita con las pardelas porque ejercerá en una suelta de aves que han sido recuperadas. La cita es en La Aldea.