Firma invitada
Por Jonay Quintana
Para comprender lo que está realizando Álvaro Valles como portero aventajado en la Liga, hay que rememorar a otros colegas de posición que generaron una estela en el fútbol español. La Unión Deportiva Las Palmas la ha seguido y ahora el sevillano luce estilo en la Primera División y ante los mejores ataques del campeonato.
La primera imagen que tengo en este modelo de guardameta es la de Francisco José Molina en el Atlético de Madrid.Él empieza a darle forma a este criterio de un jugador de meta más participativo con el pie. Esa apuesta fue clara y decidida; aquel gol lejano de Seedorf en un derbi madrileño, al aprovechar su puesto avanzado en el área, no cambió nada en la propuesta pese a que diluvió la crítica. Porque esas cosas podrían ocurrir en un estilo donde el equipo con el ‘portero agresivo’ obtiene más provecho que desventaja.
Molina era tan bueno con el pie que también lo recordaremos como debutante en la selección no como portero, sino como futbolista de campo. Javier Clemente lo tuvo claro aquel día ante Noruega.
Estos hechos que entonces causaban mucha sorpresa se comprenden mejor en el fútbol actual. Y todo va canalizado a través de un proceso, de una preparación. En mi caso lo inicié con Moisés Trujillo, que era muy bueno también jugando con el pie. Nos decía que había que avanzar en la preparación de portería, porque el guardameta estaba ya en evolución cuando yo comenzaba en aquella etapa con el Universidad. Comprendimos que el fútbol ya no necesitaba porteros que se limitaran a parar como reacción a un ataque, sino que desde la última posición del equipo se podía aportar mucho más.
Hoy Álvaro Valles es uno de los referentes de nuestra Liga en esta especialidad, como también pueden serlo otros porteros que se han modelado. Pocos discuten ya estas cualidades, porque representan un plus en la aportación de Ter Stegen con el FC Barcelona o de Ederson en el Manchester City. Este último caso también lo valoro mucho porque es capaz de proporcionar pases muy precisos a sus compañeros de ataque, incluso por detrás de los defensores rivales. El portero es ahora una pieza que modifica esquemas de equiposy por eso no me extraña que el técnico del Alavés, García Plaza, considerase que jugar contra Las Palmas suponía afrontar un partido de 11 contra 10 jugadores de campo.
Incluso en la grada también se ha cambiado el concepto sobre el portero que abandona su posición de pizarra. De Jorge Campos, el mexicano, recuerdo que se decía que era un portero que estaba loco. Hoy hay mayor complicidad en todos los sectores para entender lo que hace Valles y otros colegas con guantes.
Si Molina fue aquella referencia inicial, creo que Víctor Valdés ganó todavía mucho terreno en esta faceta.Lo hizo en una etapa en la que su rival natural era Iker Casillas, considerado como el mejor guardameta de nuestra liga. Pero a Casillas, a mi juicio, le faltó evolucionar en el juego que existe más allá de los lindes del área pequeña. Valdés tendría más impacto en el fútbol de estos años que el propio Casillas.
Eso sí le está ocurriendo a Valles que ya tiene una notable presencia en la Liga como portero proactivo siendo un jugador que está prácticamente debutando. Para estos logros se necesita mucho tesón y un trabajo del preparador de porteros encaminado precisamente a dar incentivos a este juego. Recuerdo ver a Álvaro Valles en el filial con las virtudes como portero que ya aportaba. Pero todo lo demás que está ahora ofreciendo, incluso como ‘tercer defensa central’ como se afirma, es fruto de una evolución personal y del estilo elegido por la UD Las Palmas. Valles brilla a consecuencia del juego del equipo; y la UD Las Palmas se beneficia por las cualidades que aporta su cancerbero titular. El modelo y el jugador encajan a la perfección.
Insisto en que todo pasa también por la confianza del entrenador. Pongo como ejemplo una reciente jugada mía en la que una mala entrega provocó un disparo lejano que no fue gol. Pero me obligó a retroceder con apuros. Mi entrenador, Ángel López, fue el primero que reforzó lo realizado: “Sé que el 97% de los balones son buenos y asumimos el riesgo del error en el 3%. Merece la pena el riesgo tan bajo”.
El trabajo del técnico y del preparador de porteros tiene que llevar, en consecuencia, un valor psicológico. Porque lo que Álvaro Valles realiza requiere total absoluta confianza propia, del grupo y del que gobierna el equipo. Se refuerza con la propia personalidad del jugador, que asume las consecuencias de su juego en grandes estadios y ante miles de aficionados rivales.
La recompensa al trabajo son todos esos elogios que está recibiendo y los beneficios que aporta al grupo. Incluso en otra de las virtudes de su juego, como es el uno contra uno. Al estar tan avanzado se verá muchas veces en esas situaciones de peligro frente al jugador atacante. En ese momento debe saber cuándo ha de actuar. La toma de decisiones es fundamental ante dos interrogantes que son inmediatas:
¿Cuándo debes dar el paso para ganar el terreno al delantero y hacerte grande antes del disparo? y ¿cuándo es mejor dar un paso atrás para no ser superado?. Esas respuestas están en el campo y el portero de la UD Las Palmas las está resolviendo con mucha calidad en sus partidos ante los grandes delanteros de la categoría.
Es lógico que se estén acumulando muchos ingredientes en torno a su labor. Ahora mismo, yo también creo que puede ser un portero de selección. No digo aún para la titularidad, porque Unai Simón tiene asimilado ya los mecanismos defensivos del equipo nacional y conoce la sinergia de los componentes de su retaguardia. Pero Valles ya merece estar entre los tres habituales del seleccionador que, sin duda, si el teléfono del número 1 de la UD Las Palmas no tiene en su agenda no tardará en incorporarlo. La versión del portero moderno se impone y el equipo de García Pimienta hoy lo tiene.
* Jonay Quintanaes actual portero titular del Villa de Santa Brígida