Manuel Borrego

Se ha subrayado como error del portero Dimitrievskila acción del 0-1 que anota Alberto Moleiro en Vallecas, para poner por delante a la UD. Se insiste más en un fallo individual que en un acierto colectivo rival. Porque en ese momento Las Palmas consiguió lo que durante toda la tarde venía persiguiendo el propio Rayo.

Al rebobinar la escena se aprecia un ataque en jauría de los cinco avanzados de la UD Las Palmas (Muñoz, Kirian, Munir, Sandro y Moleiro) que se asocian en una presión a la par con agobiados cinco zagueros del Rayo. Posiblemente al conjunto de Francisco Rodríguez le faltó en alguna posición un mediocentro más que fuera visible, un conector que liberase del corsé adversario a los cinco compañeros vallecanos y al portero.

La presión de los amarillos es muy estrecha por lo que el meta Dimitrievski, cuando levanta la cabeza tras recibir la devolución del balón, se percata que llega Sandro hasta su posición con los dientes afilados.Logra el macedonio esquivar al ariete, pero deja el balón suelto en la frontal.

Ahí es donde aparece la calidad de Alberto Moleiro. Porque el gol lo firma con un disparo al primer contacto, un chut suave hacia la zona de contrapié del guardameta franjirrojo.

Claro que explicar estas cosas en un apartado de moviola no suena tan bien como decir que todo nace de un error, cuando en realidad es producto de un trabajo asociativo sin balón.