Opinión
Manuel Borrego
Solo haría falta mirar la clasificación -entre comillas- que ha divulgado esta semana la Liga Profesional para comprender el alcance de lo que está realizando en 2023-24 la plantilla, el cuerpo técnico, los gestores técnicos y consejeros de la UD Las Palmas.
La Liga, como es habitual, publica los límites salariales concedidos a los clubes de sus competiciones tras el cruce de la frontera de enero a febrero. Si el aficionado levanta la mirada y observa esa cordillera económica encontrará un auténtico Everest en la cifra permitida al Real Madrid para la confección de su plantilla: 727,4 millones de euros. Esa impresión la podrían tener los montañeros que acuden por primera vez al Himalaya y localizan en su ascensión la cima del mundo. Hay dolor en el cuello al mirar algo que no podrían imaginar.
Y por el camino, una colección de datos que pasan desde los 303,4 del Atlético, los 204,1 de un Barcelona en su crisis inacabada … hasta los 33,7 de la UD Las Palmas y los 31,2 del Alavés.
Pero ahí es donde puede considerarse que la tabla es en sí misma una afirmación con truco para esas dos últimas posiciones, porque el régimen fiscal de los clubes competidores no es exactamente lo mismo. Ese marco tributario distinto para los profesionales de los clubes vascos hace que tengan ventajas sobre entidades de otros puntos del territorio nacional.
Es un asunto que vienen denunciando algunos medios y clubes de distintos destinos. Desde 2016, el Comercio cifró la distancia entre del 24% al 46% el tribuno fiscal entre equipos como Alavés o Real Sociedad al del propio Sporting. El Málaga, cuando aún estaba en la Liga Profesional, denunció ante la patronal este trato diferenciador. Por solo citar ejemplos.
Podría comprenderse cómo la UD Las Palmas en 2015 no pudo competir con el Éibar por la incorporación de Borja Bastón, aspirando ambos al mismo objetivo.
Así que, con los parámetros actuales, la modesta plantilla de la UD Las Palmas es en realidad la que se ha confeccionado con menores márgenes económicos de la Liga que acaba en 2024. Si a ello unimos el grado de experiencia que tenían los futbolistas amarillos y el propio entrenador … entonces se puede comprender aún de mejor manera que la UD de 2023-24 viene de otro planeta. Y triunfa en este.
Últimos en capacidad económica para tejer una plantilla, noveno en la clasificación en el mes de febrero.