La previa
Manuel Borrego
El obligado reciente parón de la Liga no deja entrever si el monstruo bajo la cama está en el aposento del FC Barcelona o de la UD Las Palmas, conjuntos que este próximo sábado vuelven a verse las caras en el estadio de Montjuic.
La incógnita del partido está localizada en la respuesta de cada uno de los conjuntos a estas alturas de campeonato, con independencia de las respectivas dinámicas antes de la ventana FIFA. Es una incógnita saber si los amarillos de García Pimienta volverán a repetir el choque de ida, donde pusieron contra las cuerdas a todo un rival de Champions. Y es incierto predecir si el colectivo de Xavi Hernández es capaz de mantener ante los amarillos el nivel al alza que había experimentado en los días previos al paréntesis en la competición.
El monstruo bajo la cama es una adivinanza antes de que el balón se ponga en movimiento. Quizá a Las Palmas le ha sentado bien los días de reflexión tras sus últimas derrotas como local, donde errores no habituales condenaron la esperanza. Si el equipo es capaz de corregirlos y también si logra recuperar las sensaciones de la primera vuelta podría tener opciones de dar un susto o un disgusto a su rival.
Y, en sentido opuesto, podría despertar la bestia azulgrana que reside en el plantel de Xavi Hernández, capaz de proporcionar zarpazos tan profundos como los que recientemente mostró ante todo un Atlético de Madrid.
Con la esperanza de lograr un resultado con brillo propio han viajado los jugadores amarillos. Lo hacen en una etapa de ausencias en la enfermería, salvo Araujo, que permite a su entrenador disponer de hasta 26 efectivos en el desplazamiento a la Ciudad Condal. Incluso contando con Alberto Moleiro, recuperado de las molestias que sufrió con la sub21 española.
Del encuentro se espera una auténtica batalla por el balón, convertido en un manual de redacción de los acontecimientos del partido. El Barcelona necesita los puntos para mantener su ritmo de caza con el primer puesto o con las posiciones de Champions. Las Palmas, para recuperar la moral y seguir en el intento de cerrar una permanencia que aún tiene matemáticas abiertas.
Y ya se verá en el terreno de juego si el monstruo de este 30 de marzo es amarillo o azulgrana.