Manuel Borrego

El expediente deportivo de Fabio González (27) en la UD Las Palmas conserva algunas singularidades, propias de conservar para si algún día hace pública su propia biografía.

El primero de sus 123 encuentros hasta ahora con el equipo amarillo se produjo en Primera División, como miembro titular de la UD en un aciago día de la temporada 2017-18 que acabó 1-5 ante el Atlético de Simeone. Era técnico de tránsito Manolo Márquez, que conocía bien el cimiento futbolístico del centrocampista del Sureste. Por cierto, ese partido también lo disputó Benito aunque en los relevos de la segunda parte.

Se abrió para Fabio un paréntesis entonces de un año para regresar a la competición con el equipo profesional del club, ya en Segunda División y en el largo camino de cinco temporadas para retornar a la élite.

También a Fabio le tocó ser titular el día del último ascenso, ante el Alavés, el 27 de mayo de 2023. Esa fecha fue agridulce para él: Celebraba con dificultades el éxito con sus compañeros mientras ya sabía que podría esperar un largo proceso de vuelta por la lesión que había sufrido, obra de Guridi.

Lo intentó con grandes dosis de positivismo, pero en el verano tuvo que dejar hueco en la plantilla para que su plaza fuera utilizada sin restar en el proyecto. El pasado domingo ante el mismo Alavés saltó al terreno de juego del Gran Canaria como titular y capitán de un equipo al que ha conservado lealtad extrema. Compromisos como el suyo son puntos invisibles en la clasificación.

Así que Fabio desde aquella titularidad en el debut hasta su reciente último encuentro vio cómo transcurrían 2465 días (6 años y 9 meses exactos) para salir en una foto inicial de la UD Las Palmas como titular en la máxima categoría. Y esta vez con el brazalete de honor.