Deogracia: Un zar canario en la Premier rusa
01/06/2024

El exitoso técnico del Oremburgo considera que el entrenador isleño está preparado para triunfar en el exterior, pero "debe arriesgar y luchar por un sueño"

Manuel Borrego

 

Cuando once años atrás David Deogracia Márquez (21 de febrero de 1973) abandonó Gran Canaria para su primera aventura profesional, sin duda no imaginó que un día iba a ser uno de los 16 zares técnicos de la Premier rusa. “Al canario nos cuesta abandonar la casa, pero hay que arriesgar si luchas por un sueño”, se convenció así mismo.

 

En el inicio de junio de 2024, tras orbitar su historia en distintos destinos, ha regresado a casa como máximo responsable técnico del FC Gazovik Oremburgo; léase, equipo que ha logrado bajo su mando la permanencia en la máxima liga de aquel país.

 

David es hombre de reconocido prestigio en nuestro fútbol isleño, con su admirable sonrisa que “es una de las cosas que más me dicen en Rusia como característica personal, la consideran carismática”, apunta. Si se echa un vistazo a su hoja profesional como entrenador, el lector de Tinta Amarilla se percatará de que Deogracia -como le llaman en el gran país oriental de Europa- era una persona con inquietudes, que buscaba algo. Sus comienzos en los banquillos fueron en el DH juvenil del Huracán, para luego pasar al cadete B de la UD Las Palmas “en la época en que Germán Dévora era director de la base”. De ahí, la selección canaria juvenil, regreso a la UD por el escalón juvenil y asistencia posterior a Juani Castillo como segundo técnico de Las Palmas Atlético.

 

Pero aún hay más: Perteneció a los staffs técnicos de Universidad, Vecindario B, U. Viera y Teror Balompié. Fue entonces cuando empezó a viajar. Primero a Tailandia, donde dirigió a los sub’19 del Buriram United, el equipo donde Carmelo González dejó profunda huella. Luego partió a Marruecos para dirigir a los sub21 del Atlético Tetuán, con “el título nacional de la categoría por primera vez en su historia”, y asistir a Sergio Lobera en el conjunto del antiguo Protectorado español. Surgió la posibilidad de viajar a Bielorrusia, para dirigir la cadena del FC Dinamo de Brest y, claro, Deogracia se lo pensó poco. Allí estuvo cinco años, aprendió ruso y se creó un espacio propio que solo interrumpió unos meses en un proyecto en Ghana.

 

Entonces se cruzó en su camino la Academia del Oremburgo. El aventurero David hizo las maletas sin saber que medio año después iba a recibir una llamada urgente del club, para que dejara sus atriles en filiales y asumiera la batuta del equipo de la Premier rusa. Habían transcurrido cinco encuentros, tenía un punto y cundía el desánimo. “Todo el mundo decía que Oremburgo era un seguro descenso esta temporada”. Pero no fue así; David regresa a casa para unas merecidas vacaciones después de salvar a su equipo y renovar contrato con el aval “de una confianza plena de los dirigentes. En medio mes estaremos de regreso preparando la nueva temporada”.

 

Así ha sido el camino largo de un técnico grancanario que arriesgó, sufrió, pasó las duras noches en solitario y ahora saborea sus mejores días profesionales: “He luchado mucho para que llegara este momento. Y lo estoy disfrutando al máximo”, dice con la misma sinceridad con la que afronta su tan lejana vida.

 

Su labor en Rusia tiene el respaldo de otro grancanario, David Armiche Vega, que lo asiste como preparador físico. Ambos galopan juntos en la dura estepa del fútbol continental.

Me llamaron urgente y no me lo pensé

 

“Me sorprendieron cuando me llamaron para darme la oportunidad de dirigir al primer equipo. Lo acepté con alegría y sin pensármelo mucho. En realidad ese día estaba preparando un entrenamiento con los delanteros y la llamada del director deportivo del club fue urgente. Lo primero que me dijeron es que confiaban en mí, que tenían constancia de lo que estaba haciendo en la academia. Fui viviéndolo día a día, con el éxito final que ha sido increíble en una liga que es muy dura”

 

Sufrimos hasta el último minuto

 

“Los especialistas daban seguro descendido al Oremburgo, porque éramos uno de los dos clubes con menos presupuesto del campeonato. Fue una liga muy emocionante, llena de incertidumbre tanto por arriba como por la parte baja. Hasta el último día no se sabía quién la iba a ganar o descender, salvo Sochi en este caso. A nosotros nos costó muchísimo sacar un empate frente al Spartak en la última jornada. Ese punto nos dio para salir incluso de los puestos del play off de permanencia. Fue una explosión de alegría. La afición lo vivió intensamente y tras el partido hubo un festejo, como si hubiésemos logrado el ascenso o ganado algún título”

 

La vida en la bella ciudad de Oremburgo

 

“La ciudad es pequeña, cercana a la frontera con Kazajistán. Moscú nos queda a dos horas y cuarto en avión. Es una capital bella, con una vida tranquila, sin bullicios y no es muy cara. Su clima es lo que más condiciona, porque pasamos de +40 a -40 en las estaciones, casi sin conocer la primavera o el otoño. Pero uno se acostumbra a todo. Nuestras pretemporadas, cuando hay frío, las desarrollamos en Turquía. Comenzaremos a competir en julio. El clima condiciona tanto que no podemos mantener un césped natural y se ha optado por uno sintético. Es o no una ventaja para nuestro equipo, porque como local jugamos en césped artificial y cuando somos visitantes, en superficie natural cada quince días. No se sabe quién sale ganando o perdiendo. Pero es verdad que nosotros somos fuertes en nuestro campo y eso nos ha ayudado a lograr el objetivo”

 

El perfil de la nueva Premier

 

“La Liga rusa es muy competitiva, aunque ahora es normal que exista menos conocimiento de ella al no jugar sus equipos en competiciones europeas. Los equipos brindan en los partidos mucho nivel físico, porque tienen ese ADN en el deportista ruso. Son jugadores muy potentes. Pero por eso también se valora la calidad técnica de los futbolistas que la tienen o vienen de otros destinos con ella. El Zenit de San Petersburgo es un equipazo, al igual que Spartak, Lokomotiv … Tienen muchos extranjeros de calidad. La Liga rusa permite tener hasta nueve extranjeros en plantilla, aunque solo pueden alinearse un máximo de siete. Los equipos poderosos pueden firmar a jugadores caros y de alta calidad. Nuestro club tiene una política definida para firmar a jugadores jóvenes con proyección, que puedan rendir y si procede ser transferidos. Oremburgo es un equipo vendedor … pero contrasta todo con el Zenit, que tiene nueve brasileños y es capaz de formar un equipazo, por ejemplo”

Dos victorias claves para la salvación

 

“Haber ganado un punto en los cinco primeros partidos supuso un lastre para toda la temporada. Para recuperar ese espacio hubo que ir arañando esa diferencia a lo largo del tiempo. Aunque ganar 3-1 al Zenit y 0-2 al Lokomotiv nos dio alas y reforzó la confianza a los propios jugadores. Fueron unas victorias muy significadas, de mucho impacto, que también pudieron marcar nuestra reacción en el campeonato. Los jugadores creyeron en ellos mismos, lograron la permanencia y por ello es lógico la gran fiesta que vivieron. Logramos así también asentar nuestro sistema, porque a veces los partidos eran tomas y dacas. El tema físico es inevitable en este campeonato, donde impera también la disciplina táctica. Pero los jugadores con talentos son muy apreciados en Rusia. Hay que dejarles más libertad dentro de un sistema para que puedan lucirse y beneficiar al equipo”

 

“En la situación nuestra era fundamental lograr el máximo número de porterías a cero, porque con un gol ya nos valía para ganar muchos puntos. Al principio no fue bien del todo, pero tras el parón invernal hicimos una segunda vuelta espectacular para un equipo como el nuestro. En la clasificación de esta segunda etapa de la Liga habríamos sido novenos … Eso fue lo que nos dio la salvación”

 

La comunicación, fundamental

 

“Mi experiencia previa en Bielorrusia me sirvió para conocer mejor la idiosincrasia del jugador ruso. Aunque son países distintos, son deportistas casi hermanos. Yo conocía la manera de entender la disciplina y la vida de mis jugadores. Eso es muy importante, porque el entrenador debe saber lo que le gusta a los aficionados y jugadores de su equipo, también el estilo de juego. Por ejemplo, en la UD Las Palmas sería inimaginable un fichaje para dar patadones. En Oremburgo logramos resultados acertando con el modelo y sistema de juego. También fue importante mi comunicación con el grupo. Tuve un traductor con el que tengo una gran confianza y él depositó con claridad mis mensajes. Además, Armiche Vega habla perfectamente ruso y sabe comunicarse bien con los jugadores. Él es canario, de Moya, pero ha estado codo con codo conmigo en esta etapa. Esa experiencia previa de ambos la trasladamos a la labor de equipo”

 

La teoría sobre el entrenador canario

 

“Mi teoría es la siguiente: Es muy complicado aquí dar oportunidad a un entrenador canario. Esa es la realidad. Hay entrenadores que ya tienen nombre y siempre son los mismos los que están en la ruleta. Pero también creo que tenemos miedo a salir hacia nuevas experiencias. Debemos creer en nosotros mismos, porque somos iguales o mejores que nuestros colegas entrenadores de la Península o del extranjero. Las oportunidades salen si no tenemos miedo a la aventura. El tercer punto que observo es que la isla nos agarra mucho; nos cuesta abandonarla. La añoranza del canario es conocida, porque aquí se vive muy bien. Cuando estás fuera echamos en falta también el cariño de la isla”

Hay que luchar y arriesgar

 

“Si salimos hemos de saber que hay que luchar y que te encontrarás enfrentamientos. El entrenador no puede rehuir de ello. Yo pensaba que si a mí me habían llamado es para cambiar las cosas y esos cambios producen choques. No todo cambio es bueno para todas las personas. Por eso, hay que tener mucha personalidad para luchar casi en solitario lejos de casa” (…) “Puedo hablar de mi caso. Me he sacrificado muchísimo, he estudiado y he arriesgado. He vivido experiencias personales bastante duras, como la de Marruecos, incluso con problemas a la hora de cobrar. Pero en el camino prefiero aprender de las etapas gratificantes, en las que gané confianza y demostré de lo que podría ser capaz como me ocurrió en Tailandia. Eso me ayudó a crecer mucho en lo personal para desarrollar mis conocimientos. He luchado mucho para que llegara este momento. Y lo estoy disfrutando al máximo. He tenido gente que me ayudado y ha creído en mí. Y también hay que estar en el sitio adecuado, con un pizco de suerte. Porque todo influye”

 

“El entrenador canario por supuesto puede llegar a todas las cotas. Conozco a muchos compañeros que están preparados. En mi caso añado que he dejado hasta la última gota de sudor para conseguir mi sueño”

 

Ni por un millón de euros

 

“Por supuesto, me han renovado. Estaba en el contrato. El presidente me felicitó tras la permanencia y el director deportivo del club manifestó que no me vendería ni por un millón de euros (risas). Estoy muy agradecido a los dirigentes del Oremburgo por esa confianza tan rotunda en mí”

 

El jugador canario y un sitio en Rusia

 

“Claro que el jugador canario tendría sitio en la liga rusa. Estoy seguro, porque en general tiene mucho nivel técnico. Cada fútbol tiene sus características. En Rusia el juego es distinto, pero el futbolista con talento técnico marca diferencias. No quiere decir que el ruso no lo tenga”

 

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