Rubén Castro se despide con el "privilegio" de haber jugado en Las Palmas y Betis
07/06/2024

El delantero grancanario cuelga las botas casi a los 43 años y tras una temporada en blanco

B. Pérez

 

Una temporada después de su último partido profesional, Rubén Castro ha confirmado que no abandona su actividad en el balompié. Lo hace a los 42 años de edad (17 de junio de 1981) y elige una carta divulgada por los clubes en los que ha logrado anotar el mayor número de goles.

 

La titula "Mi despedida del fútbol”, y en ella reconoce que “me ha costado llegar a este momento. ¡Qué digo!. Todavía me cuesta verme alejado de la pelota. No soy capaz de hacerme a la idea de que esto se ha terminado”.

 

Por ello “he tardado tantos meses en anunciaros que mi etapa como futbolista en activo toca a su final. Lo hago porque me considero un afortunado. Aquel muchacho que se divertía en el Club (Real) Artesano, el modesto equipo de Las Palmas donde empecé, ha superado todas las barreras que ni siquiera hoy soy capaz de imaginar: disputar como delantero casi 800 partidos oficiales y celebrar como propio más de 300 goles. Con todo esto en la mochila del fútbol y de la vida considero que es el momento de dejar descansar al balón”, añade.

 

El isletero se despide “con cariño, respeto y admiración especialmente a dos clubes y a dos personas que han marcado mi carrera. He defendido los colores de once equipos durante más de veinte años como profesional, del norte al sur de la península y hasta una aventura en China. De todos guardo su estima porque de todos recojo maravillosas vivencias que nunca me abandonará allá donde esté. Pero tengo que ser honesto con todos: dos clubes son especiales, dos clubes los he sentido como propios. Sí, la UD Las Palmas y el Real Betis Balompié me hacen sentirme un privilegiado”, escribe.

 

Admite que haber pertenecido “a la historia de ambos me congratula. Con ellos, me hice mejor, me superé como persona y como futbolista y sólo me queda expresar mi gratitud eterna a sus dos aficiones y a esos seguidores que me apoyaron en las buenas, y sin dejarme caer en las malas”.

 

Tras iniciar los habituales agradecimientos se acuerda “singularmente” de “la figura de Pepe Mel se encuentra grabada a fuego en mi trayectoria. Nadie me entendió mejor que él, como con nadie me entendí en el césped como con Jorge Molina. Esos años en el Villamarín nunca tendrán fin en mi memoria”.

 

“Hasta aquí hemos llegado y desde aquí, con humildad, buscaré seguir amando a la pelota", concluye tras valorar que seguirá vinculado al fútbol de alguna otra “manera”.

 

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