Posiblemente el modelo del Getafe es el más ‘anti UD’ que pueda haber ahora en la parrilla de la Primera División. Y, de igual forma, el técnico José Bordalás podría situarse en las Antípodas del tradicional juego de los amarillos, que ha variado sensiblemente su textura desde la llegada de Diego Martínez. Pero en esencia la columna vertebral de la idea se conserva intacta.

Esa es la última prueba de la primera vuelta, una competición regular hasta ahora que la UD Las Palmas ha afrontado de menos a más, en constante ascenso, desde la depresión de la era Luis Carrión hasta los momentos de euforia con su actual entrenador. Pero ganar al Getafe, embolsarse los tres puntos que le lleven hasta los 25 en la primera etapa del campeonato y afrontar la recta final desde el ecuador de la clasificación sería como poner un broche de oro al campeonato.

Pero la realidad es que, al margen de los modelos, Las Palmas y Getafe están luchando por lo mismo y se sitúan en un vagón que ahora les diferencia en 6 puntos a favor de los grancanarios. Pero ese trecho no es definitivo y debe la UD consolidarlo y ampliarlo. Cuando el balón comience a rodar por primera vez en 2025 en el Estadio de Gran Canaria la teoría no valdrá más que para comentarla.

Los problemas de Diego Martínez desde la paralización del campeonato no han cesado. El técnico gallego deberá valorar si merece arriesgar algunas piezas titulares, que están entre algodones. Tiene soluciones en la plantilla, pero los recambios han de comprender que la actuación de Copa frente al Elche no puede repetirse en la Liga porque pondrían en riesgo la versión de un mal día en el Martínez Valero.

Ya decíamos durante la semana que Las Palmas va a necesitar una dosis XL de paciencia para desmontar a un equipo rocoso que recurre al contacto físico y a las faltas para que el fútbol combinado no tenga continuidad. De ello también dependerá el criterio arbitral que aplique en el encuentro Alberola Rojas desde el primer minuto. Ya se ha comprobado en otras ocasiones los problemas que tiene la UD cuando el listón para faltas o tarjetas es muy alto. Y es un dato a tener en cuenta porque el rival del día promedia 17 faltas por encuentro, el que más de Primera División.

Y luego, la inspiración. Si algo ha caracterizado la etapa de Martínez en los días de lucidez fue el acierto en las dos áreas. Que se hable poco de Cillessen y mucho de Silva o Sandro será la mejor señal antes del veredicto de la primera vuelta.