EL DANDY DEL PARTIDO

Sandro se pone serio
Manuel Borrego
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17/08/2024
Sandro, a la izquierda, en el banquillo antes de empezar. A su lado, Benito Ramírez (C. Torres)

Fotos: C. Torres

 

No es sordo, ni insensible. Y aunque tampoco ‘lee’ ni ‘escucha’, a Sandro no se le puede pasar por alto el run-run de la pasada temporada donde, a nivel personal, no fue el goleador que necesitaba la UD Las Palmas. Sus datos de aquel año reflejan la evidencia: 27 partidos, 1818 minutos, 51 disparos y 1 gol (al Getafe).

 

 

Tampoco le habrá llegado ‘el mensaje’ de los últimos días, en los que Luis Helguera ha comentado que el club está deshojando una margarita para decidirse si hace falta o no otro delantero. Y Sandro, evidentemente, estaba serio en la noche del regreso a la Liga.

 

 

En la primera hora y algo más de partido, el ariete grancanario observó cómo en dos ocasiones la cosa se torcía frente al Sevilla del técnico García Pimienta. Sandro fue paladín del entrenador con el que compartió el ascenso y la permanencia en el Estadio de Gran Canaria. Estaba serio en el banquillo, porque ‘no es ciego ni sordo’ insistimos.

 

Pero salió al campo para destrozar las estadísticas. Dos minutos, primer desmarque (pase de Javi Muñoz), primer contacto con el balón y un excelente gol para empatar el encuentro. El 2-2 final lleva su firma y con él ayudó a poner el primer ladrillo de un edificio cuyo nombre es permanencia.

 

 

El grancanario tenía ganas de marcar, sin duda. Y lo celebró como no lo había hecho antes frente a los aficionados del Gran Canaria. Tampoco sonreía, con sus manos ‘fabricó’ un radar en los pabellones auditivos para escuchar bien la palabra ‘gol’ que nutre la moral de los delanteros. Y con el dedo índice, el que las pasadas temporadas utilizaba colocándolo junto a la sien para festejar sus tantos, señaló con claridad un ‘aquí, yo’. Pero no es ‘ciego ni sordo’.

 

 

Sandro ya había anotado dos veces durante la pretemporada, aunque esos goles le sabían a poco. Hizo feliz en la noche del viernes a los casi 25.000 aficionados que acudieron a ver cómo la nueva liga levantaba el telón. Fue el jugador as del partido, porque con poco hizo mucho, devolviendo la moral a su equipo. Y si este sábado acudió a desayunar sin leer ni escuchar, esta vez las brumas del ‘cortao’ no le expresaban una interrogación.

 

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