El director de captación y formación de la UD Las Palmas conserva una pelota confeccionada con tiras de plataneras, juguete que logró deslumbrar al astro brasileño
Tonono Rodríguez conserva una joya artesanal que viaja en el tiempo futbolístico de las islas. Es también un recuerdo de su infancia en Cardones, cuando practicaba el fútbol en la plaza del barrio o en los duros terrenos de tierra de los alrededores. La pieza también la conoce el ex profesional amarillo Narciso Rodríguez, porque tiene la misma procedencia. Ese tesoro personal es un singular balón que los niños de la época utilizaban como juguete de sus fantasías deportivas.
El director de formación y captación de la UD Las Palmas conserva algún ejemplar que utiliza para explicar en congresos o a los jóvenes jugadores que emergen en cantera sin tener la perspectiva de cuan privilegiados son los deportistas actuales.
La esfera es una obra artesanal propia de Canarias, que se confecciona con tiras secas de plataneras. La elaboración no es sencilla, porque requiere que la pelota tenga todas sus piezas debidamente situadas y apretadas, desde el núcleo hasta las capas exteriores. Esa pelota era el recurso de aquella época donde un balón de cuero constituía un lujo y más aún jugarlo con botas de fútbol. Todavía en Gran Canaria se disputaban partidos con los pies desnudos en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, etapa en la que la UD Las Palmas ya estaba codeándose con los grandes del país.
Al balón de tiras de plataneras lo conocen mejor en la Gran Canaria profunda que en la capital, donde muchos adolescentes practicaban el juego del balompié con otros materiales. Como el balón de calcetines, con idénticos conceptos de prendas apretadas hasta tomar la forma de un esférico.
Tonono Rodríguez explica a sus jóvenes aprendices de futbolistas de la cadena filial que el balón de tiras de plataneras botaba con la gracia propia, posiblemente sin la uniformidad de los balones de cuero moderno, hinchado a presión con aire. Pero se podía jugar al fútbol y hacer volar la imaginación, algo imprescindible en las edades de iniciación al deporte.
Un ejemplar de esa singular pelota acabó en manos de Pelé, el astro brasileño al que Tonono conoció cuando residía en Andorra, donde llegó a ostentar varios cargos en la Federación de Fútbol de aquel país. El actual director deportivo de la UD Las Palmas regaló una pelota de plataneras a O Rei, que alucinó al verla e, incluso, la probó con sus zapatos de paisano. Pelé le recordó que en Brasil también se fabricaban pelotas artesanales con otros materiales de origen vegetal. O que en Tailandia se elaboraban pelotas con tiras de bambú, con idéntica idea de confección a la de Gran Canaria. La opción de las plataneras le cogió por sorpresa.
Tiene noticias el jefe de filiales de la UD Las Palmas de que aquel balón que entregó a Pelé estuvo en un museo o exposiciones del Santos de Sao Paulo, el club donde el mítico 10 de Brasil desarrolló la práctica totalidad de su carrera deportiva.
La pelota de tiras de plataneras no ha caído en el olvido porque amantes de este deporte se resisten a ello. Quizá también Tonono al despertar cada mañana soñó con ese balón que llenó su vida de felicidad cuando era niño. El mensaje también vale para él.