El Atlético de Madrid ha sido el equipo que mejor ha interpretado la fórmula de anular el juego combinado de la UD Las Palmas. Apenas concedió a los amarillos un remate, en una jugada de diseño pitagórico: Con tres piezas conectadas (Cillessen, Fabio Silva y Sandro) se fraguó el único disparo inquietante para Jan Oblak.

Todo lo demás que ocurrió en el partido fue fruto del concepto de juego en bloque del equipo de Diego Pablo Simeone, ese que confeccionado tiene un tope salarial de 310,7 millones de euros. El club rojiblanco que en el verano fue el cuarto equipo de Europa que más invirtió (185 millones) para formar la nueva plantilla; solo por detrás de Manchester United, Brighton y Chelsea (214, 230 y 261 millones respectivamente).

Estos datos no se pueden interpretar como amortiguador de un resultado, aunque sí permite tener una referencia de los por qué de ambos proyectos. Ver a Las Palmas sin poder transitar con soltura en dirección al área rival generaba cierta impotencia. Pero comprobar que en campo propio no había un caos organizativo y que al Atlético le costó también anotar sus goles puede aliviar sensaciones.

Decía Diego Martínez que el equipo estaba construyendo un puente hacia la permanencia caminando sobre él. Porque no tenía tiempo para preparativos previos, como fue el caso de su antecesor en el cargo. Ahora que ha llegado el primer contratiempo tampoco el nuevo técnico se ha desgarrado en un primer análisis que fuera desproporcional al suceso del Metropolitano.

Quizá lo más importante de cuanto ha comentado el preparador actual lo dijo antes del partido: “No podemos perder ahora la perspectiva de dónde venimos”. O, en realidad, “de dónde estamos” pudo asegurar. Las Palmas está inmersa en una inmensa batalla que ha comenzado con 9 fechas de retraso, con peldaños cedidos que ha de recuperar. La fortaleza del grupo no reside solo en haber reaccionado a nivel de resultados como hizo frente al Girona o Valencia; tendrá que demostrarla a diario porque la adversidad está presente en su trayecto.

La preocupación no puede ser perder ante uno de los grandes del fútbol europeo; la ocupación es cómo se pone en pie y restablece el equilibrio. El 2-0 ante el Atlético pasará como tantas otras veces en Primera ante el mismo rival y con resultados adversos. Pero conocer las fronteras del juego actual también es una ayuda para los analistas de Martínez, con más materia para seguir poniendo las piezas del puente hacia la otra orilla.