¡Póngase los guantes, señor presidente!

El ex amarillo Pablo Varela vuelve al fútbol por imperativos del guión, cinco años después de su retirada y ahora como máximo responsable directivo del CD Valleseco

Pablo Varela, con su hija Alannah y su esposa María Isabel, en el momento de volver al fútbol (CD Valleseco)

B. Pérez

El fútbol es otra cosa cuando pasa de los terrenos de juego a los despachos. Y más aún cuando la responsabilidad máxima es la del presidente. Pablo Varela (34) decidió hace un lustro colgar los guantes que tanto tiempo le acompañaron en su vida, incluso en los filiales de Boca Juniors y UD Las Palmas.

Entonces decidió que su espíritu emprendedor se había quedado corto con la fotografía. Aceptó liderar como presidente el proyecto del Club Deportivo Valleseco para tratar de crear un nuevo camino a la entidad. Cambió estructura, incluso el aspecto del campo de La Laguna y hasta diseñó un nuevo escudo para el equipo del centro de Gran Canaria.

No sabemos qué otra podría hacer … salvo volver a los terrenos de juego. Pablo volvió a coger los guantes el pasado fin de semana por necesidades del guión. A falta de pocas horas para el cierre del mercado de jugadores en Preferente, el argentino Varela se fichó a sí mismo. “No encontramos solución a los problemas que teníamos en el equipo. He tenido que volver”.

Y así, en presencia de su hijita Alannah y de su mujer María Isabel Miranda, volvió a ponerse bajo palos y a rememorar viejas andanzas. De momento, regreso con victoria (1-0, ante el Costa Ayala) y en dos jornadas, a examinarse en el Anexo ante la delantera más exigente del grupo oriental canario: Las Palmas C, con sus 113 goles en 38 partidos.

Ser presidente tiene todas estas cargas. No es el primero que combina las dos facetas en el fútbol regional. El último en pasar por el Anexo en estas condiciones fue el chino Wenjun Ge, cuando presidió el Gran Tarajal y fue alineado la pasada temporada frente a Las Palmas Atlético.

Pero el caso de Varela tiene otra dimensión. Aunque quizá también el gusanillo que va por dentro le habló al oído.