El Capi de la UD vivió su propio 23F
25/02/2014

Hace 50 años, Ernesto Aparicio acabó encañonado en Onteniente tras graves incidentes de público y excesos de las fuerzas de seguridad

Manuel Borrego

Tal día como hoy, hace 50 años, la UD Las Palmas se vio en la obligación de elevar una protesta formal "y enérgica" (recogen los artículos de prensa de hace medio siglo) a la Federación Española de Fútbol por los "graves sucesos acaecidos el 23 de febrero de 1964" en el estadio El Clariano de Onteniente. La expedición grancanaria había regresado a la Isla tras la derrota 1-0, en partido de Liga correspondiente a la Segunda División, y los testimonios aportados por sus protagonistas a la directiva de entonces, presidida por Juan Trujillo Febles, obligaron a que el club realizara una sesión extraordinaria de su órgano rector para protestar a Madrid por el atropello que habían vivido los jugadores de Vicente Dauder en el partido disputado en aquella localidad valenciana.

Todo ocurrió en la jornada de Liga del grupo II, temporada en que la UD Las Palmas iba camino de su tercer ascenso a la Primera División. Se medía a un rival debutante en la segunda categoría, en la primera oportunidad en que ambos equipos se cruzaban en el Estadio de la localidad levantina, abarrotado para la ocasión. Antes y durante el partido había una presión especial porque el Onteniente necesitaba el triunfo en sus aspiraciones de permanencia. "Escuchamos al jefe de la policía de allí, que iba de blanco, decirnos antes de empezar: "Esto es Onteniente, pero aquí quien manda soy yo, el Teniente", recuerda con viveza José Manuel León, uno de los jugadores amarillos que participaron en aquel célebre y accidentado partido.

Campo del Onteniente, donde se produjeron aquellos sucesos de 1964 (Estadios de España)

 

"Fue un encuentro brusco, lleno de patadas, codazos, empujones y varias tanganas entre jugadores. El árbitro estaba acoj...", hasta el punto que las crónicas recuerda un claro penalti dentro del área a favor canario que el colegiado navarro Sabastián de Luis se vio 'forzado' a pitar: "Pero, ante nuestra sorpresa, sacó el balón después fuera del área debido a la presión ambiental. Creo recordar que fue cometido sobre Vegazo. A mí me marcaba un tal Moreno".

En ese escenario se formó un lío monumental detrás de una de las porterías cuando, José Luis El Moro, "fue increpado por los aficionados, que le lanzaron algo y él, al final, respondió con el balón". Era imposible que el partido tuviera continuidad normal hasta que, por fin, Portalés -jugador cedido por el Valencia- hizo el gol de la victoria local minutos antes de que Aparicio resultara expulsado por una entrada a un rival. "Pero ahí ocurrió lo peor. Porque había mucha gente en el túnel de vestuario cuando El Capi llegaba a él y el famoso teniente se acercó. Y no recuerdo cómo exactamente Aparicio se tuvo que defender. Se formó de inmediato otra montonera y nuestro capitán quedó en el suelo con un arma apuntándole al pecho. En medio de un gran lío en el que tuvieron que intervenir varios de nuestros jugadores y el masajista Pepe González logró entrar en los vestuarios donde fue escoltado por la policía mientras seguía el resto del partido".

Sin embargo, todos estos sucesos llegaron a la calma cuando, terminado el partido, el Onteniente logró cerrar su mínima victoria. "La gente se tranquilizó algo", valora León. "Nuestro delegado aquel día, José Martín Naranjo, consiguió finalmente que pudiéramos salir del campo escoltados. No pasó nada más con Aparicio, porque después del escándalo se olvidaron de él y regresó con nosotros. Volvimos a la isla con un susto importante".

Recuerda León que "don Jesús García Panasco (imagen de la derecha, con Aparicio, de Norberto Rodríguez), el secretario general del club, no viajó con el equipo en aquella ocasión". Tampoco lo hicieron por lesiones jugadores emblemáticos de la plantilla como Germán y Juan Guedes. Las Palmas alineó en el partido a Oregui, Aparicio, Tonono, José Luis, Torrent, Ardura, Vegazo, Evaristo, Erasto, Santamaría y León.

Aparicio fue el gran damnificado porque la expulsión le costó cuatro partidos de sanción después de padecer su propio 23F. Onteniente y Las Palmas habían iniciado sus caminos en direcciones contrarias. El equipo valenciano transitaba en un ciclo de dos temporadas en Segunda División. Las Palmas se dirigía a firmar sus 19 consecutivas en Primera tras el memorable ascenso en una temporada que tuvo este incidente histórico.


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