Tres puntos con mayor valor anímico que clasificatorio

El camaleónico Athletic amenaza la despensa del Gran Canaria

Manuel Borrego

Tres puntos y algo más. El partido de este lunes entre la UD Las Palmas y el Athletic Club tiene un valor adicional. Porque encierra en él la capacidad de reacción del equipo de Quique Setién después de una mala tarde en Sevilla, que ha suscitado no pocas observaciones sobre el comportamiento de los amarillos en algunas facetas del juego.

Y el rival que llega al Gran Canaria lo tiene todo para examinar de punta a cabo el momento actual de la UD Las Palmas. El Athletic es capaz de amoldarse a cualquier situación de juego que se le ofrezca. De aceptar el fútbol a ras de suelo, porque calidad tiene en abundancia entre sus futbolistas, o de afrontar un partido físico, de juego en largo o de salidas al contragolpe si fuera necesario. Lo que garantiza de antemano es una pelea, por ese carácter indómito que siempre le ha definido.

El juego que empleará el camaleónico Athletic es una incógnita antes de su llegada. No así el equipo de Setién, que insiste en su propuesta futbolística con todas sus consecuencias.

Lo mejor de Las Palmas hasta ahora ha venido en el Estadio de Gran Canaria, donde se ha hecho equipo fuerte y ni siquiera un 0-3 en 20 minutos del Celta fue capaz de suponer el escape de los tres puntos. La despensa de los amarillos no está al alcance de todos y es, en consecuencia, el primer aval para la permanencia.

Setién anunció algunos cambios en el once grancanario. Es posible el regreso de Vicente Gómez al centro del campo, tras su sorpresiva ausencia en Sevilla. Y que Hélder Lopes sea finalmente el jugador indicado para relevar a Dani Castellano. El entrenador cántabro prácticamente lo ha afirmado así en la víspera del encuentro.

La siguiente nota como alternativa la propuso el mismo entrenador este domingo cuando descubrió conversaciones directas con Boateng y Viera para que movilicen el juego ofensivo de los amarillos.

Sin duda es un día el de este lunes para una gran victoria, por la calidad y oficio del rival. Puntos necesarios quizá más en el aspecto anímico que en el clasificatorio.